Compartimos un artículo de una egresada de nuestro DIME (Diplomado Internacional en Management Estratégico). Se trata de Paola Querejazu, directora de RRHH del Grupo Empresarial del Oriente - GEO en Bolivia. Ella es una referente en temas de capital humano en su país y tiene una sólida formación internacional en temas de management y coaching. Por su experiencia y su enfoque sobre el desarrollo de personas, es un orgullo compartir sus reflexiones sobre el significado de un Liderazgo 2.0.
Hace un tiempo leía un documento preparado por la Unidad de Inteligencia de The Economist y esponsoreado por Google (Driving the skills agenda: Preparing students for the future) sobre un estudio realizado acerca de las habilidades que se requerirán en la fuerza de trabajo de aquí a 20 años y cómo la educación debe ir de la mano con estas necesidades. Me sorprendió que el liderazgo como tal deja de ser la competencia más buscada y surgen en su lugar tres nuevas competencias, citadas en orden de importancia por los participantes de la investigación:
- Resolución de problemas (50%)
- Trabajo en Equipo (35%)
- Comunicación (32%)
No pude dejar de pensar ese día el motivo de este cambio tan relevante y la explicación más evidente del mismo tiene que ver con dos variables: por un lado, el desarrollo exponencial de la tecnología y por otro la complejidad de un mundo cambiante e impredecible. Nuestra vida ha cambiado, nuestra forma de trabajar y de relacionarnos también, por tanto, la competencia de liderazgo se ha venido transformando en este último tiempo.
El líder que anteriormente era quien sabía todas las respuestas está en extinción, ya que ahora es más importante encontrar soluciones a través de la participación de todos los involucrados. El líder directivo está dando paso a un nuevo estilo, un líder capaz de convertirse en un arquitecto de las relaciones de su entorno, de forma tal que consiga sacar de ellas la máxima sinergia en creatividad y efectividad posible. Como decía Rafael Echeverría en una conferencia, lo importante en la estructura no son las “cajitas” del organigrama (los puestos) sino las “líneas” (las interrelaciones), el líder 2.0 debe poder identificar los entramados de las relaciones sociales y utilizar los blogs, redes sociales y otros similares para poder estar al tanto de lo que sucede en la organización, recibir retroalimentación directa y comunicarse con su entorno.
Un líder 2.0 es un líder que usa la tecnología a su favor, que emplea herramientas para organizar su tiempo, programar sus actividades e involucrar colaborativamente con otros miembros de la organización. Una amiga me comentaba después de asistir a un curso de auto superación de un mes de duración que el primer día lo dedicaron exclusivamente a ver todas las funcionalidades de Microsoft Outlook…. Sí! Del Outlook! Esto me extrañó pues no esperaba ese tipo de contenido en un curso de esa magnitud, pero me quedó claro el motivo con su explicación: Nuestro cerebro no debe ser empleado para acordarse de citas o tareas, nuestro cerebro está hecho para soñar, crear y resolver… en la medida que lo tengamos ocupado recordando un sinfín de actividades, menos espacio tendrá para innovar o ser productivo.
Finalmente, una alerta importante: un líder 2.0 no reemplaza el contacto personal con la tecnología… por el contrario el líder del mañana es aquel que circula por la organización, que se conecta con todos los niveles, que de primera mano escucha lo que el cliente necesita, que entiende cómo funcionan los procesos y sistemas de su empresa. El desafío y el esfuerzo no son pequeños, pero de seguro los resultados bien lo valen.
Autora: Paola Querejazu (Paola es egresada de la Diplomatura DIME)
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