Internet, telefonía, cine, video, contenidos, bebidas, publicidad, salud, autos, etc, son algunos de los productos o servicios que hoy podemos acceder de forma gratis o a muy bajo costo.
Estamos entrando a un mundo donde se accede a negocios y a satisfacción de necesidades a través de bienes y servicios gratuitos.
Por supuesto que también nuestras computadoras se acercan a lo gratuito al ser cumplidas sus funciones por los que eran aparatos de telefonía y funcionar con almacenamiento virtual, libre y trasladable a cualquier parte del mundo - no estoy hablando más allá de la General Paz, estoy diciendo el mundo -. Por supuesto que nuestras aplicaciones de escritorio también se suman a la tendencia: Google ofrece un procesador de texto, una planilla de cálculo, un programa de diseño, un chat. Todo esto en forma gratuita.
Además puedo ser parte de Twitter o tener mi micro blog sin pagar un solo dólar o directamente utilizar en forma gratuita los blogs prediseñados por Wordpress. Dar cursos en forma gratis con auspicio de empresas importantes, comunicarme internacionalmente a través de telefonía IP o viajar por avión a tarifas mínimas, son otros casos de este movimiento. Sin contar que, sin ser gratis, puedo comprarme un LCD para ver a la selección argentina por tan solo $122 por mes.
El disparador de esto fue Internet que expandió el poder de la digitalización y la virtualización, en algún lugar del ciberespacio se potenció el cambio que venía aplanando el mundo y se empezó a gestar el “Mundo Gratis”. Aquí la verdadera transformación se produce en la mente del individuo, donde lo “Gratis” se convierte en gratis (como dice Chris Anderson quien a partir de su libro me llevó a pensar sobre este tema), como algo que se da por sentado y sobre lo que nadie espera que fuese de otra manera.
Decía entonces que el cambio está en la mente, y dependerá de la flexibilidad de los modelos mentales qué tipo de negocio crearemos en nuestra nueva época. Debemos dejar de lado el concepto de parquímetro donde cada pedacito de servicio se factura como un sistema continuo y sistemático, donde un minuto un peso y dos minutos dos pesos, donde hay costos que el cliente tiene que pagar, porque como decía el autor lo “Gratis” pasó a ser gratis.
Por supuesto gratis no significa cero, gratis significa el uso estratégico de lo gratuito, nuevas manifestaciones del precio, formas alternativas de cobrar, disminución de los niveles generales de precios, competidores hipercompetitivos en costos, un grupo de clientes que pagan y bancan el sistema para el resto, etc. Gratis es un auto de U$S 2.000, como el Tata Nano de la India, computadoras más pequeñas a muy bajo precio funcionando con tecnología y software en la nube, gratis significa Wi-Fi libre en cualquier bar de nuestra querida ciudad al costo de un café, gratis significa leer todos los diarios por Internet, gratis es concurrir a un recital internacional sólo llevando un paquete de alimento no perecedero.
Se han abierto y siguen abriéndose grandes ventanas al Mundo Gratis para aquellos que cambien su forma de pensar y entiendan esta nueva dinámica, y aquellos que lo hagan serán los protagonistas privilegiados de una forma diferente de hacer negocios. Las amenazas están allí, los ejemplos exitosos también y las oportunidades están por crearse...
- Lic. Fernando Cerutti
Bibliografía: Anderson, Chris: Gratis. El futuro de un precio radical. Urano. 2010.
Links adicionales: Reseña en Digitalismo; Presentación comentada de Chris Anderson por Jesús Encinar; Reseña de Ariel Arrieta.