Cruzando tecnología y gestión, cultura y negocios, la pluma de nuestro colega Federico Dappiano va mejorando y encontrando oportunidades de repensar la realidad. Como él propone: cada paso una idea y cada idea una revolución. Aquí avizora qué nos pasa en un entorno regido por algoritmos, donde costará encontrar la sustancia.
Dominados por algoritmos
- Abro mi aplicación preferida para escuchar musica y en base a los últimos temas y bandas que escuché en la aplicación, me recomienda nuevos temas para escuchar.
- Abro un sitio de compra de libros donde estoy registrado y en base a mis últimas compras, me recomienda unas ofertas “imperdibles”.
- Suena mi celular con una alerta de una aplicación con ofertas de vuelos y paquetes turísticos, me recomienda atractivas ofertas en base a mi perfil.
- Abro mi aplicación favorita de microblogging, y me recomienda leer las tendencias más relevantes de la región donde estamos y también a nivel mundial.
- Abro mi red social favorita y me recomienda nuevos contactos para agregar que podrían llegar a interesado debido que es contacto a su vez de “x” cantidad de mis contactos.
- Abro la pagina de un buscador, tipeo lo que deseo buscar, y lo que buscó el método de ordenamiento de los resultados estará regido por un algoritmo que se encarga justamente de eso, de ordenar resultados.
- Me subo al auto con un amigo, tenemos que ir a un lugar que no sabemos cómo llegar. Ponemos el GPS y nos recomienda la mejor ruta para llegar.
La lista podría seguir hasta parecer ser interminable.
¿Saben que hay detrás de todo lo anterior? Algoritmos informáticos, sencillamente algoritmos. Nuestra vida digital, y en consecuencia gran parte de la física también, se encuentra cada vez más regida por algoritmos cuidadosamente diseñados y probados para devolvernos resultados que tengan muchas veces empatía con nuestras personalidades y con nuestros usos.
¿Estamos en un tiempo en donde nuestros gustos y preferencias están dictaminados por un ordenador?. Muchos de los elogios que se lleva la tecnología al poder ser la vida del ciudadano común más entretenida tiene un costado un poco menos feliz cuando comenzamos a querer (o no) ver el otro lado de la moneda. Mucho se podría hablar sobre la invasión de la privacidad que las nuevas tecnologías y gustos a fin pueden suponer, pero más allá de esos pequeños atisbos podemos vislumbrar que detrás de estas crecientes modas se encuentran la generación de tendencias en proclive de quizás la liberación del pensamiento y sobre todo del accionar.
Tal es dicho avance, que para ejemplificar brevemente, Facebook el 1 de marzo anunció una nueva herramienta basada en Inteligencia Artificial (IA) la cual prevendrá posibles suicidios de sus usuarios. “Hoy estamos actualizando las herramientas y recursos que ofrecemos a las personas que pueden estar pensando en el suicidio, así como el apoyo que ofrecemos a sus amigos y familiares afectados”, declara Facebook en su newsroom corporativo (1).
Otra noticia relativa a IA, proviene de los medios locales. Infobae brindará servicios (noticias) personalizadas a cada lector según sus intereses, hábitos de lectura y patrones de navegación (2). Quizás como decía William Shakespeare “Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada.” Parecería más fácil que el obligar a pensar de tal o cual manera, el inducir corrientes de pensamientos afines a ciertas preferencias o gustos por medio de benévolas “recomendaciones” que prohibiendo ciertos contenidos por no estar alineados a las corrientes actuales de pensamientos. Personalmente no es que sienta que el “Gran Hermano” en su versión digital inteligente nos esté vigilando, ya siento que está sentado en el living de mi casa tomando mi mejor whisky, y lo peor de todo, es que yo le abrí la puerta para que entre.
Autor: Federico Dappiano
Fuente: LinkedIn de Federico Dappiano