Antonio Ezequiel Di Génova |
Antonio Di Génova es uno de los profesores que nos acompañan en el PIDE - Posgrado Internacional en Dirección Estratégica. Es uno de los más destacados especialistas en Relaciones Públicas, trabajando tanto en consultoría como en formación, desde Argentina hasta España. Su visión de la comunicación institucional incluye el marketing, los negocios y la perspectiva humana. En el siguiente artículo se atreve a proponer una fórmula del éxito empresarial desde la perspectiva de las RRPP. Combina el Ser, el Tener y el Hacer, yendo la base filosófica, y avanza en los campos de ejecución para las relaciones corporativas.
A continuación la nota del Lic. Di Génova.
La fórmula del éxito en los negocios,
desde una perspectiva de Relaciones Públicas.
Las Relaciones Públicas, además de una extraordinaria táctica BTL de comunicación no convencional y vinculación con los diferentes Públicos -de relativamente bajo presupuesto y de alto impacto reputacional-, son una Estrategia de Comunicación Integrada; y como tal, define los parámetros dentro de los cuales se moverán las diferentes piezas o elementos comunicacionales que operarán áreas específicas, en virtud de metas comerciales y/o institucionales.
Esta visión holística de las Relaciones Públicas no es caprichosa ni forzada, deviene de la naturaleza misma de su objeto de estudio: la Imagen Institucional. La imagen que de una empresa o institución poseen los Públicos y que está articulada en sus mentes, depende en buena medida de la fortaleza de sus atributos identitarios clave y de su Personalidad; o sea, de los valores que evidencia, de la claridad y calidad de los conceptos y promesas que las instituciones exteriorizan y por sobre todo de cómo operan real y concretamente.
Estos tres campos, el del Ser, el Pensar y el Hacer, impactan en el campo de percepción sensorial del Público Objetivo y esa apreciación le da Entidad a una institución, en ocasiones es concreta, en otras abstracta; por momentos de alcance particular, por momentos universal.
Identidad (Sustancia), Personalidad (Imagen Proyectada) y Entidad (Imagen Percibida), conforman los vértices del triángulo sobre el que operan las Relaciones Públicas.
Esta visión holística de las Relaciones Públicas no es caprichosa ni forzada, deviene de la naturaleza misma de su objeto de estudio: la Imagen Institucional. La imagen que de una empresa o institución poseen los Públicos y que está articulada en sus mentes, depende en buena medida de la fortaleza de sus atributos identitarios clave y de su Personalidad; o sea, de los valores que evidencia, de la claridad y calidad de los conceptos y promesas que las instituciones exteriorizan y por sobre todo de cómo operan real y concretamente.
Estos tres campos, el del Ser, el Pensar y el Hacer, impactan en el campo de percepción sensorial del Público Objetivo y esa apreciación le da Entidad a una institución, en ocasiones es concreta, en otras abstracta; por momentos de alcance particular, por momentos universal.
Identidad (Sustancia), Personalidad (Imagen Proyectada) y Entidad (Imagen Percibida), conforman los vértices del triángulo sobre el que operan las Relaciones Públicas.
La perspectiva de Relaciones Públicas.
Identidad, Personalidad y Entidad conforman un verdadero capital simbólico estratégico de máxima importancia. Su análisis y tratamiento se corresponde con un ejercicio estratégico de las Relaciones Públicas, entendida como una “Usina de Ideas” o “Think Tank”, desde la que se investiga y perfecciona todo aquello que las afecte de una u otra forma. Una función que va del extremo del Entrepreneurship o Emprendedurismo al de Coaching Empresarial u Organizacional.
Es aquí donde se analizan los objetivos y logros de la Empresa (campo del Tener), los procesos que se implementan o acciones que se instrumentan para obtener resultados (campo del Hacer) y la manera en que la Empresa se analiza y visualiza a sí misma y a los demás (campo del Ser)
Primero lo primero, diría Stephen Covey. Los negocios tienen que ser rentables y sostenibles. Nada se puede construir desde RR.PP. si no se cuenta con una base comercial y organizacional sustentable.
Marcus Lemonis, propone estas 3 claves para evaluar y optimizar el rendimiento de una empresa y así llevarla al éxito:
1) Personas. Es fundamental que los empresarios se aseguren de contar con el mejor equipo posible, donde cada integrante desempeñe el rol que mejor explote sus capacidades. Asimismo, es clave crear un ambiente positivo que ayude a los colaboradores a mejorar su rendimiento y potenciar sus habilidades.
2) Producto. Se trata de seleccionar los productos y/o servicios adecuados, tener en cuenta su funcionalidad y características de marketing (precio, packaging, público objetivo, etc.). Detectar posibles fallas que detienen su éxito y facilitar su comercialización.
3) Proceso. El último pero no menos importante ingrediente es el proceso. Para que una empresa sea productiva debe vigilar con atención sus operaciones. Esto implica los procesos en diversas áreas, como producción y finanzas.
A su vez enumera los 4 errores que deben evitarse para sostener el éxito:
Identidad, Personalidad y Entidad conforman un verdadero capital simbólico estratégico de máxima importancia. Su análisis y tratamiento se corresponde con un ejercicio estratégico de las Relaciones Públicas, entendida como una “Usina de Ideas” o “Think Tank”, desde la que se investiga y perfecciona todo aquello que las afecte de una u otra forma. Una función que va del extremo del Entrepreneurship o Emprendedurismo al de Coaching Empresarial u Organizacional.
Es aquí donde se analizan los objetivos y logros de la Empresa (campo del Tener), los procesos que se implementan o acciones que se instrumentan para obtener resultados (campo del Hacer) y la manera en que la Empresa se analiza y visualiza a sí misma y a los demás (campo del Ser)
Primero lo primero, diría Stephen Covey. Los negocios tienen que ser rentables y sostenibles. Nada se puede construir desde RR.PP. si no se cuenta con una base comercial y organizacional sustentable.
Marcus Lemonis, propone estas 3 claves para evaluar y optimizar el rendimiento de una empresa y así llevarla al éxito:
1) Personas. Es fundamental que los empresarios se aseguren de contar con el mejor equipo posible, donde cada integrante desempeñe el rol que mejor explote sus capacidades. Asimismo, es clave crear un ambiente positivo que ayude a los colaboradores a mejorar su rendimiento y potenciar sus habilidades.
2) Producto. Se trata de seleccionar los productos y/o servicios adecuados, tener en cuenta su funcionalidad y características de marketing (precio, packaging, público objetivo, etc.). Detectar posibles fallas que detienen su éxito y facilitar su comercialización.
3) Proceso. El último pero no menos importante ingrediente es el proceso. Para que una empresa sea productiva debe vigilar con atención sus operaciones. Esto implica los procesos en diversas áreas, como producción y finanzas.
A su vez enumera los 4 errores que deben evitarse para sostener el éxito:
- No entender la importancia de los recursos humanos.
- No tener cabal conocimiento de las finanzas del negocio.
- El orgullo o negación por parte de los emprendedores o altos mandos a la hora de recibir asesoramiento externo.
- No seleccionar los productos o servicios adecuados. Incluyendo no tener un buen o apropiado nombre o marca.
La fórmula del éxito, desde una perspectiva de Relaciones Públicas.
Sobre esta base general sobre cómo tener éxito en los negocios es que podemos proyectar esta fórmula complementaria, teniendo en cuenta una mirada comunicacional y relacional.
E= Éxito.
C= Conocimiento / Capacitación.
M= Metas.
R= Relacionamiento / Interacción.
C= Consolidación de las relaciones.
N= Negación.
El éxito, teniendo en cuenta esa perspectiva, implica:
El tratamiento y perfeccionamiento de cada elemento del trinomio CMR actúa sinérgicamente en el resto. Toda mejora en cualquiera de los elementos del trinomio potencia y enriquece los demás. A esta tríada de gestión se le debe sumar el factor constancia, coherencia y pertinencia relacional. Las relaciones con mayor potencial productivo deben ser consolidadas a lo largo del tiempo, con ello se consigue credibilidad y confianza. Por último para tener éxito sostenible en el tiempo se requiere de una actitud madura y reflexiva en la que no se desatienda ninguna alerta de insatisfacción de los públicos internos o externos. Negar o relativizar las deficiencias y conflictos es como querer tapar el sol con las manos.
Veamos con mayor detenimiento cada uno de los elementos que componen la Fórmula.
Conocimiento:
Promover el conocimiento, capacitar al personal, empoderarlo con información de calidad.
La clave para tomar buenas decisiones es la calidad de la información con la que se cuenta. Ese “input” se genera mediante la promoción del conocimiento en todas sus formas. Se debe gestionar un conocimiento profundo de la organización, de sus procesos, de su personal, de sus públicos, etc.
La capacitación del personal permitir ampliar el conocimiento técnico, mejorar las destrezas y modelar las actitudes de sus miembros.
La capacitación posibilita la toma de decisiones estratégicas, transformadoras y que permiten la evolución de un sistema empresarial.
Metas:
Plantear, a partir de esta nueva información o input producto de la capacitación, nuevas metas, más ambiciosas y realistas.
El conocimiento debe posibilitar el cambio, el perfeccionamiento y la evolución de la Empresa.
El conocimiento adquirido debe tener una función instrumental, es decir: todo conocimiento debe ser útil para poder acceder a nuevos escenarios, a plantearse nuevos desafíos, nuevos horizontes, etc.
En definitiva, el conocimiento debe ser útil a la hora del planteo de metas superadoras. Objetivos y metas realistas, posibles, realizables, sustentables.
Relacionamiento:
Impulsar un relacionamiento multidireccional y multimedial con los públicos objetivos, que genere confianza mutua y posibilite una interacción provechosa.
Interactuar y relacionarse con los públicos de forma abierta y cooperativa es la clave.
Clase del Profesor Di Génova en el PIDE |
Consolidación:
Sostener, consolidar esas relaciones a lo largo del tiempo en base a conductas coherentes y cooperativas es absolutamente necesario. No alcanza con tener relaciones, se debe interactuar hasta generar vínculos basados en valores compartidos.
Afianzar los vínculos para consolidar esas relaciones y potenciar el alcance y los negocios es el propósito. En este punto es necesario orientarse a trabajar en aquellas relaciones más sólidas y de mayor potencial. Probablemente solo un 20% de las relaciones terminen aportando el 80% de los resultados deseados.
Negación:
Toda gestión exitosa de desarticular fuerzas entrópicas que atenten contra el logro de las metas propuestas y contra la consolidación del capital simbólico que representa un buen relacionamiento con los públicos internos y externos.
En ocasiones quienes tienen la responsabilidad de conducir o liderar una empresa, no aplican soluciones eficientes y no porque no hayan tenido información oportuna sobre el tema sino más bien porque la niegan o desestiman. La negación es un mecanismo de defensa que consiste en enfrentarse a los conflictos negando su existencia, su relación o relevancia.
El decisor se enfrenta a conflictos y amenazas de origen interno o externo negándose a reconocer algunos aspectos críticos de la realidad. Un problema organizacional clásico y lamentablemente muy extendido en el mundo empresarial.
Identificar factores entrópicos que atenten con el relacionamiento productivo y evitar negar sus consecuencias disfuncionales es la tarea.
Una buena forma de destrabar esta negación es a través de la función de Coaching Empresarial que un relacionista experimentado puede cumplir a la perfección.
Autor: Antonio Ezequiel Di Génova
Fuente: RedRRPP
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