19 de noviembre de 2024

Escritores: No es la IA, es el corpus

Via @interacciones llego a este artículo sobre qué perdemos cuando dejamos a una IA "escribir por nosotras", pasando a ser nosotras "el asistente de la IA" pero me gustaría añadir:

"No es la IA, es el corpus, estúpido". 


Dejad que me explique.

Creo que no me estoy limitando a la ya caduca acusación de "loros estocásticos" si digo que las capacidades (¡asombrosas!) de los grandes modelos de lenguaje son menos mérito de los ingeniosos procesos de "entrenamiento" que del corpus con el que fueron entrenados.

Es decir, la "inteligencia" (aceptamos pulpo como animal de compañía en vez de llamarlo "inteligencia") que emerge como "propiedad emergente" de un LLM emerge porque estaba contenida de forma implícita en el corpus de entrenamiento. 

No es una propiedad emergente de la IA sino una propiedad emergente del "acervo humano" implícito en los patrones estadísticos de la astronómica cantidad de textos usada en la fase de aprendizaje no supervisado, patrones que quedan brillantemente destilados en esa cosa asombrosa que es un "modelo de lenguaje".

Luego las fases de ajuste fino supervisado con prompts en forma de órdenes, y la fase final de aprendizaje por refuerzo con realimentación humana, optimizan el modelo de lenguaje para escupir respuestas a preguntas, pero las asombrosas (incluso para sus creadores) "propiedades emergentes" no surgen "de" lo ingenioso de estos procesos, sino que surgen "gracias a" lo ingenioso de estos procesos "de" el modelo de lenguaje que es un destilado "de" lo que un montón de gente ha escrito.

Pero los LLM llegan a donde llegan porque no pueden hacer otra cosa que sorprendentes inferencias lingüísticas a partir del corpus, y porque además el método estadístico hace que se refuercen las respuestas de consenso, los vínculos de redes semánticas que pueden inferirse de lo más estadísticamente frecuente en el corpus. 

Por eso los más sofisticados LLMs no pasan de ser, o productores de textos factualmente correctos pero adocenados, o productores de ingeniosas y sugerente inferencias a partir de ellos ante un prompt provocador o productores de alucinaciones. 

Pero entre las "inferencias lingüísticas" y las "alucinaciones" podría haber "verdadero ingenio", puntos de vista nuevos. Pero no lo hay. El LLM puede escupir truismos, puede escupir absurdos, y puede escupir juegos de palabras pero no puede escupir puntos de vista novedosos, como no sea que un absurdo o un juego de palabras pueda resultar ser un punto de vista novedoso simplemente porque el burro tocó la flauta por casualidad. 

Me lo encuentro una y otra vez .y esa es la razón por la que a veces uso GPT-4 como asistente de divergencia creativa o como buscador difuso, pero nunca como asistente de escritura. Hace unos años califiqué GPT-2 de "mediocrity engine" y sigo pensando lo mismo.

¿Qué significa esto para quien se enfrenta al deseo de escribir? Pues algo muy bueno: escribe si crees que tienes, o algo que decir que por lo menos a ti te parezca nuevo, algo que no esté ya en el acervo, o bien un deseo de autoexpresión que es una razón de lo más legítima

Y si no, no escribas, alma de cántaro, que la humanidad ya ha escrito suficiente. Y si tienes que escribir una mediocridad, por lo menos escribe una mediocridad tuya y solo tuya, no pongas tu firma debajo de una recombinación del acervo.

Porque de nosotros, ahora, se espera algo más que eso. Y me parece emocionante. Fin.


12 de noviembre de 2024

Experiencia y camino del cliente

Parece que es tiempo de hablar de la "experiencia del cliente", de "UX" (más usado para lo digital) o del "marketing de experiencias". ¿Escuchaste algo del tema? ¿De qué se trata? ¿Es algo nuevo?...

Comienzo por el final para contarte que no es nada nuevo, pero no por ello debemos dejar de prestarle atención, así que veamos algunos conceptos acerca de cómo mejorar tu propuesta de valor de la mano de la experiencia que se le ofrece al cliente.


Si sos dueño de una PyME, gerente de producto o director de multinacional, ya sabés que en contextos donde la competencia cada vez es más intensa y donde el valor diferencial de un producto es fácil de igualar entre competidores, el recorrido para generar "eso" que hace que un cliente elija tu propuesta de valor y no otra es un camino ineludible.

¿Cuántas veces te preguntaste si tu cliente es efectivamente feliz con eso que compró? ¿Exagero? Ok. ¿Cuántas veces te preguntaste qué tan satisfecho quedó con su compra?...

Cualesquiera que hayan sido tus respuestas, lo concreto es que esas sensaciones justamente residen en la experiencia de compra que se le brinda a cliente, en su vivencia, en lo que se le hace sentir; no solo con el producto o servicio puntual, sino también en todos los momentos de verdad que tengan lugar antes, durante y después de la compra. Aquí, entonces, aparece el concepto de "customer journey". ¿A qué se refiere? Esta idea se refiere al reconocimiento y optimización de todas esas instancias ("momentos de verdad") que un cliente atraviesa, desde el primer contacto hasta el último que tenga con nuestra empresa, definiéndose así el "camino del cliente" (ahora en español).

A propósito de los clientes y sus experiencias, por supuesto que siempre será importante saber por qué compran lo que compran, así que, en esa dirección, pensemos lo siguiente: si tuviéramos la pretensión de generalizar cuáles son las motivaciones más elementales por las que compran (compramos), luego de hacer muchísimas hipótesis con argumentos racionales y/o interpretaciones simbólicas de diversa índole, llegando a lo más primitivo, podríamos decir que todos compran (compramos) por dos motivaciones esenciales
  1. Mejorar el estado actual o aumentar el bienestar (por ejemplo, cambiando el celular o yendo al gimnasio);
  2. Prevenir amenazas o alejarse de la posibilidad de sentirse peor (por ejemplo, al comprar una cobertura médica o contratar un seguro).
Sin detenernos en el obvio supuesto de que a ninguna persona le gusta sentirse mal, entonces podríamos arribar a que la principal preocupación, a la hora del diseño y oferta de productos, es pensar cómo ese producto, ese servicio, esa propuesta, puede hacer sentir mejor al cliente o usuario. Ya que, en definitiva, eso es lo que está buscando.

Si lo anterior es cierto, vos, en caso que conceptualices, diseñes, desarrolles y/o vendas productos o servicios, podrías preguntarte:
  • "¿Qué están haciendo mis productos o servicios para que mis clientes se sientan mejor?";
  • "¿Qué están haciendo los equipos de trabajo de mi empresa para ofrecer una mejor experiencia de compra?".
Debemos reconocer que ya no se compite como antes. Ya no se trata de pensar los productos únicamente como satisfactores de necesidades -aunque lo siguen siendo, claro-, sino que se trata de ir un paso más allá e imaginar qué experiencia de compra y consumo seríamos capaces de ofrecer a nuestros clientes para que se sientan mejor, para que disfruten, para que se sorprendan positivamente y así puedan interpretar que en ningún otro lugar (y con ningún otro producto) podrían disfrutar de la vivencia que se les está ofreciendo.

El marketing de la experiencia toma como premisa fundamental la idea de cómo lograr que un cliente quiera volver a vivir "eso" que le ocurrió cuando eligió tal o cual producto de tal o cual empresa. De esta manera, el valor diferencial deja de estar solo en el producto en sí y pasa a formar parte, más que nada, de la vivencia que el comprador atraviesa.

Como seguramente podemos inferir, un acabado conocimiento del perfil de los clientes ("buyer persona") que atendemos o deseamos atender es la "materia prima" fundamental para el diseño de buenas experiencias. Así como la definición del segmento meta comienza con el reconocimiento de necesidades y deseos en distintos perfiles de compradores, esa misma información es la que sentará las bases para poder construir una experiencia acorde para cada segmento. Y deberá ser "para cada segmento" por algo muy importante que debe considerarse: una experiencia positiva para un segmento de compradores puede no resultar igual de positiva para otro.

En el marketing de la experiencia, entonces, una empresa o negocio no compite solo con productos, no compite solo con promesas, no compite solo con precios; en el marketing de la experiencia se compite a través de la generación de vivencias y sensaciones únicas que los clientes de un segmento quieran repetir una y otra vez. Y esas vivencias podemos construirlas todos los días, poco a poco, a través de todas las oportunidades de contacto que nuestra empresa, marca y productos o servicios, ofrecen a nuestros clientes y prospectos.


Autor: Gustavo Alonso (Gustavo es consultor y profesor en distintos posgrados)

5 de noviembre de 2024

Seamos personas congruentes

Debes ser CONGRUENTE para CUMPLIR sueños.

La congruencia es un valor humano que realmente diferencia y hace grande a la persona que lo practica, es uno de los valores más buscados y menos encontrados en la humanidad. Una persona congruente marca la diferencia en una pareja, una familia, una empresa, el entorno social, tu comunidad, ciudad, país.


Los valores nos definen como personas, nos impulsan hacia el cambio, nos alivian cuando caemos, nos abrazan cuando fallamos, nos proporcionan conocimiento y crecimiento, nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos.

Los valores humanos trabajan directamente sobre nuestra autoestima. A través de ellos somos capaces de responder al “quiénes somos”, “qué priorizamos”, “qué valoramos en nuestra vida y qué no”. Así que son los valores los que nos facilitan construir nuestra identidad, sin lugar a duda podemos afirmar que los valores nos protegen y nos acompañan en nuestra madurez y crecimiento personal.

Pero ¿por qué sucede esto? Podemos decir que la congruencia es cercana a la coherencia, honestidad y sinceridad. La congruencia requiere de muchísimo autoconocimiento y no todo el mundo está dispuesto a auto-observarse y trabajar en su mejor versión posible porque es necesario transitar un camino doloroso de transformación que resulta muy incómodo.

La persona que es congruente no se contradice ni se justifica. Simplemente piensa algo y luego dice y hace aquello que piensa de una manera asertiva.

La congruencia es esa sensación de coherencia, y honestidad, que nos brinda nuestra fuerza interior, cuando todos nuestros «yoes» están de acuerdo, alineados hacia un mismo objetivo, hacia un mismo fin. Una persona congruente vive de acuerdo con sus principios, y toma sus decisiones alineadas a los valores que asume como propios. Estar alineados tiene la raíz en la ESCUCHA INTERNA. ¿Haz hecho alguna vez una pausa en tu vida para cuestionarte cosas? Inténtalo… descubrirás cosas que tal vez hoy no tengas la menor idea que están en tu interior, y te identifican, te definen, y hasta te condicionan!

La honestidad es una virtud con la cual llegamos a este mundo. El bebé recién nacido es el ser más feliz y honesto que puede haber. Nada lo condiciona todavía. En los primeros días de vida, son la inocencia y la pureza de sentimientos las que gobiernan los actos de ese ser humano. Sin embargo, esta virtud se desvirtúa a medida que empiezan a aparecer la angustia, el miedo, la envidia, la rabia, los celos, y demás sentimientos negativos con el paso del tiempo.

También hay quienes toleran una pérdida mayor de valores, que sobrepasan la raya de lo legal y lo ilegal, y por lo tanto, son personas que violan las leyes o la ética. La honestidad es una condición fundamental para las relaciones humanas, la amistad y la auténtica vida comunitaria. Ser deshonesto puede ser aparentar una personalidad que no se tiene para ganarse la estima de los demás, el mentir constantemente, etc. La honestidad es una cualidad que deseamos encontrar en los demás, pero una condición básica para encontrarla es primero poseerla. Por eso debemos practicarla y adquirirla como principio de vida.

También hablamos de congruencia cuando nos referimos a esa sintonía que existe entre nuestras acciones o comportamientos y nuestra forma de pensar. PENSAR – SENTIR – HACER

Las personas congruentes suelen generar mucha confianza en los demás, ya que no disimulan su estado interno. Saben escuchar lo que sienten por dentro y son capaces de aceptarlo, sin engañarse a sí mismos ni a los demás.

Iniciarse en el camino de la congruencia y trabajar en desarrollar cada vez mejor este valor humano, implica un pacto de honestidad y compromiso con uno mismo muy importante.

Ahora, diferenciemos honestidad de integridad.

“Honesto es hacer lo correcto cuando te ven, íntegro es hacer lo correcto cuando no te ven”. Entonces aquí mi pregunta… Del 1 al 10, ¿cuán íntegro/a eres en tu vida?

Si tomamos en cuenta que el ser humano promedio utiliza sólo entre el 3 y 5% de su consciencia para tomar decisiones, entonces ¿cómo podemos esperar que las personas en general sean personas congruentes cuando la mayoría de sus decisiones provienen del subconsciente, tomadas en piloto automático y una gran parte dominada por emociones y no por la conciencia?

La congruencia es el valor humano clave para desarrollar un buen liderazgo, comenzando en el auto-liderazgo. Y como líderes naturales que somos, todos deberíamos ser congruentes, sin embargo no es así.

Entonces, ¿por qué el ser humano es incongruente? Básicamente porque somos seres emocionales, y para crecer en inteligencia emocional y tomar decisiones más conscientes y menos emocionales, debemos aplicar la ley #1 del crecimiento personal: ser INTENCIONAL. Intencionales en la auto-observación, en la escucha activa de nuestro alma y cuerpo, intencionales en comprometernos con nuestro desarrollo y crecimiento personal, intencionales en crecer en nuestros valores humanos, en nuestra congruencia e integridad. Es un proceso que duele, porque implica una transformación… y ésta lleva tiempo, también implica mucha prueba y error, mucho aprendizaje, múltiples oportunidades de cambio y crecimiento. Y este mismo motivo es el que aleja a muchas personas del camino a una mejor versión, porque no están dispuestos a vivir con intencionalidad.

El problema de ser incongruente es la desconfianza que uno genera en los demás cuando actúa de manera diferente a como piensa, y cuesta mucho confiar en alguien que se muestra de manera opuesta a como realmente se siente, o en alguien que dice una cosa y hace otra, ¿cierto?

Es importante tener súper claro que el éxito nace en la congruencia. Por eso, cuando una persona quiere y se compromete a dar “todo” por cumplir lo que anhela, la probabilidad de lograrlo aumenta considerablemente. Para aquellos anhelos que sólo dependen de uno, la congruencia nos llevará a alcanzar ese deseo-sueño, y sólo depende de nosotros. Cuando en cambio nuestro anhelo involucra a otra parte, la congruencia será requisito para ambas personas. Y como bien dijimos al comienzo, es un valor humano muy buscado y muy difícil de encontrar en las personas lamentablemente, por la falta de autoconocimiento y desarrollo personal. Debe haber un compromiso de ambos y permanente en el tiempo.

Logrando eso, seremos no sólo capaces de transmitir nuestros valores, sino que seremos capaces de mantener un diálogo interno de comprensión, cariño y compasión con nosotros mismos, ayudándonos sin duda a describirnos desde el quiénes somos con mayor rigurosidad, honestidad y satisfacción.

Déjame preguntarte… ¿qué pasaría si dices lo que realmente sientes como si no importara el qué dirán? ¿Qué pasaría si haces lo que realmente quieres como si nadie te fuera a juzgar?

Ser congruente supone un GRAN esfuerzo y esto es lo que la mayoría no está dispuesto a hacer, por eso a menudo conocemos personas que nos terminan desilusionando. Y hasta solemos desilusionarnos con nosotros mismos cuando tomamos conciencia de nuestra propia incongruencia.

Por eso, escuchemos a nuestra alma, cuerpo, emociones, y aprendamos a ser más congruentes. Como es adentro es afuera. Algunas preguntas sobre las que te invito a reflexionar con un simple ejercicio, son: ¿Cómo está mi auto? ¿Cómo está mi casa? ¿Mi habitación? ¿Mi escritorio? ¿Mis cajones? Estas respuestas son un fiel reflejo de cómo está mi desorden mental. El mero reconocimiento de las emociones consiste en decidirnos a ordenar nuestros sentimientos buscando el bien de los demás, además del propio.

Nuestro “termómetro” como sociedad y como individuos se mide a través de nuestros valores.

Tal vez pienses y encuentres mil argumentos para justificar ese desorden físico que observaste con las preguntas de recién. Sin embargo, eso es resultado de tus emociones y por ende tus pensamientos. La actitud que elegiste tener, tiene como resultado ese desorden en el plano físico. Sin embargo hay algo positivo en esto… y es que TÚ tienes el poder de ELEGIR la actitud que tendrás de ahora en más. Por eso cuando TÚ CAMBIAS, todo cambia. Esa elección lleva menos de 1 segundo. Cada día tiene 86.400 segundos, así que piensa en esta abundancia de oportunidades que tenemos para cambiar lo que no nos hace bien ni felices… 86.400 oportunidades cada día… ¿Muchas o pocas? ¡TÚ ELIGES, siempre!

Aprender a ser congruentes en las pequeñas cosas ordinarias te harán alguien extraordinario en el tiempo.

Veamos diferentes ejemplos donde la congruencia queda en jaque:
  1. En épocas de campañas electorales los políticos suelen prometer cosas que el pueblo necesita y desea, y, una vez electos, tienen el gran desafío de cumplir lo que prometieron.
  2. Una persona que quiere bajar de peso y reconoce la necesidad de cambiar hábitos, necesitará elegir mucho mejor en su toma de decisiones cotidianas. Cuándo tiene la oportunidad de crecer en el valor de la congruencia? Cuando piensa y siente que debe comer saludable, y debe elegir si hacerlo o no en cada oportunidad de alimentación que tiene.
  3. Alguien que no desea ir a un cumpleaños, a una cena o a una fiesta, elige no ir, sin la necesidad de inventar una excusa. Recordemos que la persona que es congruente no se contradice ni se justifica.
  4. Si quieres que tu hijo hable bien, cuida tu vocabulario y vigila tu tono de voz. Si quieres que tu hijo sea responsable, ocúpate de las cosas que están bajo tu responsabilidad porque el 70% de su aprendizaje será lo que te vea hacer a ti.

Si tienes hijos, es importante que sepas esto: los niños oyen con los ojos. Si quieres que tu hijo aprenda el valor de una vida sana, practica deporte con él y deja de fumar. Predica con el ejemplo, y recuerda que tú eres su modelo. Si quieres que tu hijo sea feliz, sé feliz. SI quieres que tu hijo comparta tiempo de calidad contigo, y te confíe sus preocupaciones y alegrías, procura de hacerlo primer tú.

Ése es el mejor ejemplo de congruencia que le puedes dar. Los niños aprenden un 30% de las palabras, y un 70% de lo que VEN en los demás.

Ser congruente es vivir acorde a tu escala de valores. SI tu familia está en tus prioridades, actúa de manera íntegra y congruente.

Otras formas de identificar el nivel de incongruencia de las personas es a través de estas reflexiones… ¿El trabajo que realizas está alineado con lo que eres? ¿O sientes que ése no es tu sitio pero sigues ahí? ¿Eres feliz con tu pareja y estás viviendo el tipo de relación que quieres o te conformas aunque sientes que ya no es lo que deseas? Estas incongruencias de un nivel más profundo son las que identificaba Rogers con infelicidad y depresión.

OJO! El miedo a no estar a la altura de las demandas de nuestro entorno (familia, pareja, amigos, trabajo), el miedo a decepcionar, el miedo a fracasar, el miedo a ser incongruentes con nuestros propios valores, e incluso, el miedo a no compartir los mismos valores con aquellos que son importantes en nuestras vidas, nos puede paralizar en nuestro propio desarrollo de valores:
  • Cuando le prometes algo a alguien… o a tí mismo… ¿lo cumples al 100% o a veces no llegas a ese nivel?
  • Cuando te propones hacer ejercicio, por ejemplo 100 abdominales al día… ¿los logras o abandonas antes?
  • Cuando te propones salir a caminar 30 minutos al día, ¿regresas a los 20 o una vez cumplidos los 30?
  • Cuando te planificas la agenda del día con anticipación, ¿te aseguras de cumplir con todos los compromisos o te acostumbras a procrastinar y sólo haces lo que crees “poder”?
  • Cuando quieres enseñarle lo mejor a tus hijos, ¿te preocupas y ocupas en enseñárselo con tu ejemplo?
  • Cuando quieres recibir amor, ¿te aseguras de brindarlo en la misma proporción ó lo condicionas?
  • Cuando quieres honestidad y transparencia de los demás, puedes decir que tú la brindas de igual forma?
  • Cuando deseas mucho algo, mucho de verdad… ¿actúas de manera congruente para lograrlo ó te auto saboteas?


No te sientas mal si concluyes que no eres una persona congruente. Simplemente toma conciencia que tienes en tus manos la oportunidad de CAMBIAR y "CREser" a una mejor versión. Sólo lleva 1 segundo, cada vez que lo quieras intentar… ¡Sólo así lo lograrás!

Para ir cerrando esta hermosa nota que me encantó desarrollar y compartir contigo, quiero sugerirte que si eliges ocuparte de tu desarrollo personal, procura hacerlo con una guía… Busca un profesional que trabaje en su propia congruencia y te acompañe en tu camino, porque esa es la congruencia de la enseñanza y es la mejor manera de aprender. El psicólogo estadounidense Carl Rogers hablaba de la congruencia como una de las características principales que han de tener quienes se dedican a promover el crecimiento de las personas.

Entonces para finalizar, te invito a compartir esta nota con amigos y familiares. Y por último, aprovecho para darte las gracias por tomarte el tiempo de leerme.

Te espero en mis redes sociales para darle más valor a tu vida: Facebook + Instagram + LinkedIn

Cariños, Geral


Autora: Geraldine Guzzo (Geraldine es egresada del Posgrado en Management Estratégico)

29 de octubre de 2024

Elefantes blancos

Hoy quisiera hablar sobre los "elefantes blancos".

¿Alguna vez has estado en reuniones familiares, en ambientes laborales o simplemente haciendo networking y has sentido una incomodidad palpable? Esa sensación de que hay algo que nos separa y en lugar de abordarlo, preferimos ignorarlo, como si estuviéramos tratando de esconder los elefantes blancos en la habitación.

Entonces, ¿qué hacemos cuando nos encontramos con un elefante blanco?
  • Simplemente lo ignoramos: Pretendemos que no está ahí y seguimos adelante como si nada.
  • Hablamos de ellos sin efectividad: Intentamos abordar el tema, pero nuestras palabras caen en oídos sordos o se malinterpretan.
  • Implementamos técnicas de manipulación: Tratamos de influenciar la percepción de los demás sobre el elefante blanco para que no parezca tan grande o importante.
  • Chocamos con el status quo: Nos enfrentamos al sistema establecido, pero a menudo nos sentimos solos en nuestra lucha.
Recientemente estuve en una reunión donde vi tres elefantes blancos, y uno de ellos era mío. Todos fingimos que estaba todo bien y permitimos que los elefantes blancos ocuparan la escena. Si reflexiono sobre mi situación, no me siento responsable de haber creado ese elefante blanco, pero estaba ahí. Entonces, ¿qué debería haber hecho?

Todos tenemos elefantes blancos en nuestras vidas en diferentes ámbitos. La pregunta es, ¿qué deberíamos hacer al respecto?

Creo que lo primero y más importante es reconocer su presencia. Debemos ser conscientes de que el elefante está ahí y luego decidir qué queremos hacer al respecto. ¿Lo alimentaremos con nuestra frustración y falta de diálogo? ¿Lo moveremos o lo enfrentaremos a través de conversaciones genuinas, transparentes y auténticas?

Sé que no es fácil, pero al tomar la decisión de abordar el elefante blanco, nos estamos desafiando a nosotros mismos y trabajando hacia una mejor situación.

La invitación es a dejar huella, afrontar los desafíos y buscar soluciones reales.


Con cariño,

Ceci Giordano


Autora: Cecilia Giordano (Cecilia es líder, mentora y autora, invitada al Posgrado PIDE)
Fuente: Influencia

22 de octubre de 2024

Sobre la importancia del timing en tecnología

Hay una famosa frase que dice: “No hay ideas malas en tecnología, solo mal timing.” 

Hay cientos de casos prácticos de empresas que sonaban ridículas en las crisis de las puntocom y hoy tienen réplicas que valen miles de millones. 
Fracasos de empresas puntcom vs Éxitos posteriores


Empresas de delivery como Weyban y Kozmo que levantaron USD 650 millones de dólares, cerraron en 2001 durante la crisis y hoy tenemos empresas que hacen lo mismo, son rentables y facturan millones.

Broadcast que fue en su momento la primera empresa de streaming se vendió a Yahoo por $5.7B y cerró unos años después, hoy vemos varias empresas de streaming muy rentables. 

Y así uno puede seguir contando... 

Hay muchos factores que pueden explicar la falla en el timing. 

Madurez de la tecnología: En las empresas de delivery del 2000 no había smartphones para que la gente pudiera pedir, ni para hacer el soporte o seguimiento a los riders, hoy sí los hay y esa mejora en la tecnología permite a negocios que antes no funcionaron tener más pedidos y dar un mejor servicio. 

Comportamiento del consumidor: Antes la gente no confiaba en hacer pagos online desde la web, hoy cualquiera lo hace desde el celular, no hace falta aclarar lo que esto permite a nivel de nacimiento de nuevos negocios. 

Economics: El costo de streamear o crear contenido con las mejoras en el ancho de banda e internet no es el mismo hoy que hace diez años, y ese cambio vuelve una idea no rentable en una que sí lo es.

Emprendedores e inversores tienen que preguntarse una y otra vez por qué hoy es el timing correcto para empezar o invertir cualquier empresa.
Top 5 de factores de éxito en más de 200 empresas

En este análisis de más de 200 empresas sobre los factores de éxito: Timing es el factor número 1 por sobre la idea, los fundadores, o el modelo de negocio.


Autor: Juani Caffa (Cofundador & CEO de @morfyapp)

15 de octubre de 2024

En el viaje, soltar no es perder

En esta reflexión, vamos a poner atención en 2 aspectos con los que nos enfrentamos durante el viaje, que se encuentran muy relacionados. Aquellos cosas que “van quedando atrás”, y las “transformaciones” por las que atravesamos.

Comenzando por la primera, nos referimos a objetos, personas o circunstancias que ya no están presentes o disponibles para nosotros en este momento.

Pueden haber dos razones para ello. O lo hemos “perdido” o lo hemos “soltado”. La diferencia parece darse porque en el primer caso, no ha sido nuestra elección, mientras que en la segunda, si.

Es por ello que frente a la pérdida surge la emoción de la tristeza. Y dicha emoción nos informa que hemos perdido algo que no solamente era de valor para nosotros, sino que además, nos encontrábamos totalmente apegados a ello. Reflexionemos un poco sobre nuestros apegos.

Uno de los factores que, según mi mirada, colaboran a la formación de los apegos, es la ilusión de “permanencia”. En efecto, si nos vamos de vacaciones al Caribe, cuando llega el momento de volver a casa no nos “aferramos” a la puerta de la habitación del hotel o al volante del lujoso automóvil que hemos alquilado. Y la razón de ello, es porque éramos plenamente conscientes de que estábamos disfrutando de un muy lindo momento que desde el instante en que lo planificamos tenía fecha de inicio y de finalización. Después de todo, en el hotel nos llaman “pasajeros”, porque de eso se trata. De una experiencia breve y efímera.

Y si bien es cierto que podemos sentir a veces alguna “melancolía” cuando éste período de nuestras vidas llega a su final, ello no nos ha impedido disfrutar del mismo y hasta agradecer el hecho de haberlo podido realizar. Es más, a nuestro regreso, comentamos con nuestros amigos, vecinos y compañeros de trabajo los momentos salientes de nuestras vacaciones.

Cuando una relación de noviazgo termina, extraviamos algún objeto, perdemos un trabajo o fallece un ser querido, adicional a la pena completamente normal por la pérdida, aparece una “resistencia” a aceptar lo ocurrido. Y esa dificultad para aceptar lo ocurrido aumenta a mi criterio la tristeza que nos invade. Todo potenciado, además, porque muy posiblemente hemos tenido la “ilusión” de que aquello que nos provoca la dicha nos acompañará “siempre”, o al menos que esa pérdida ocurrirá dentro de mucho tiempo.

Y cuando la pérdida acontece nos vemos “sorprendidos y dolidos” por lo imprevisto e injusto de la situación. “¿Por qué me pasó esto a mí?”, suele ser una pregunta que he escuchado en sesiones de coaching muchas veces. ¿Por qué no habría de pasarnos esto a cualquiera de nosotros? La vida misma es frágil y breve. Simplemente no nos gusta pensar en ello. El dolor y la angustia suelen ser difíciles de soportar.

Por supuesto que mi intención no es decirle a los demás cómo vivir sus pérdidas. Simplemente me permito compartir con ustedes mis propias reflexiones sobre cómo he resuelto experimentar las mías (soy el único sobreviviente de mi familia de origen).

Hoy, a mi edad, soy más consciente de lo efímero e impermanente que es todo. Pero ello no me impide disfrutar y agradecer todas las posibilidades que la vida me presenta, y durante el tiempo que esto ocurra. Por el contrario, dicha conciencia me ha permitido apreciar circunstancias que en otros momentos de mi vida hubieran pasado desapercibidas. En pocas palabras, voy aprendiendo a enfocarme en la abundancia y no en la escasez, pues he notado que tengo mucho más que agradecer que lamentar.

Nisargadatta Maharaj solía decir que “entre las orillas del dolor y el placer fluye el río de la vida. Solo cuando la mente se niega a fluir con la vida y se estanca en las orillas se convierte en problema.

Este sabio se refería justamente a nuestros apegos.

Distinto es cuando elegimos “soltar”. Soltar algo cuando estamos apegados es experimentado como un sacrificio. Pero cuando soltamos algo a lo que ya no le vemos valor o significado, es un proceso gradual y natural que termina ocurriendo prácticamente sin esfuerzo.

Y justamente eso es lo que nos lleva al segundo punto: La transformación.

¿La transformación de qué? De la conciencia acerca de quién y cómo he estado siendo hasta ese momento. En efecto, no es que el objeto, la relación o la circunstancia hayan “perdido” el valor que alguna vez tuvieron. Es que nos damos cuenta que nunca lo tuvieron. Como ya mencioné anteriormente, nosotros mismos le “añadimos” temporalmente esa cualidad. Y así como lo hicimos en su momento, pues después simplemente dejamos de hacerlo y vemos las cosas como son. Como dice el refrán, “basta con volver a un lugar que hace mucho que no visitamos, para ver cuánto hemos cambiado” (eso es especialmente cierto cuando volvemos a leer un libro, mucho tiempo después).

Todo esto que mencionamos son acontecimientos que no solamente ocurren en la vida, sino que forman parte de la vida misma. Y este momento en el que hemos soltado “lo viejo”, es el momento en el que nos preparamos para lo “nuevo”. ¿A qué nos referimos con “nuevo”? Que se trata de un proceso de transformación interior que nos abre las puerta a lo “desconocido”.

Y como todo lo desconocido nos genera temor, es que dudamos entre volver a lo ya conocido, o con coraje dar un paso adelante y continuar con el viaje.

Tal vez el lector ya comience a tener un atisbo de lo que pueda está por venir. Cuando hablamos de transformación nunca se refiere a lo “externo” a nosotros. Se trata de un cambio de aquellas características que han constituido nuestra propia identidad. Aquella con la que nos hemos identificado hasta el presente.

Estamos atravesando lo que para la oruga es la transformación de su “apariencia”, pero que para nosotros se trata de nuestra verdadera identidad. No es que nuestra esencia haya cambiado. Ella siempre estuvo allí presente. Simplemente hemos comenzado a cambiar nuestra confusión o ignorancia, por el conocimiento de nuestro verdadero “Ser”.

Como decía Alan Watts (*) “Despertar a quien eres requiere dejar ir a quien te imaginas ser”. Pero para profundizar y comprender lo que esto significa, volveremos a ello más adelante.

Mientras tanto, sin olvidar que ya estoy en el “atardecer” de mi vida, sigo adelante por el camino, disfrutando de la belleza de los “amaneceres” (**) que la vida todavía me regala.

Hasta la próxima!


(*) Alan Wilson Watts fue un filósofo británico, así como editor, sacerdote anglicano, locutor, decano, escritor, conferenciante y experto en religión. Se le conoce sobre todo por su labor como intérprete y popularizador de las filosofías asiáticas para la audiencia occidental.

(**) Escuché alguna vez, que “Amanecer” proviene de “Ama Nacer”. Que no es otra cosa que hacer que cada día cuente en el “largo” camino de regreso a casa.



Autor: Santiago María Guerrero (Santiago es coach y facilitador, fue profesor de los Posgrados PIDE y DBA)

8 de octubre de 2024

Vorágine: la batalla por el foco en la era de la atención

En un mundo donde la distracción es la norma, perdemos fácilmente nuestro enfoque. Como primates hipnotizados por un truco de magia, caemos en el "dumb scrolling" de las redes sociales, esperando que una noticia cambie nuestro día, sin darnos cuenta de que lo único que cambia es el día en sí, y no para mejor.

La gestión del tiempo a menudo se ve bajo una luz mercantilista, vista como una herramienta para maximizar la productividad tanto en el trabajo como en el ocio. Sin embargo, enfrentarnos a los ladrones de atención requiere jugar su juego capitalista, a menos que optemos por estar completamente fuera de él.

Nos encontramos atrapados en una vorágine de tareas diarias, en un mundo inflado de necesidades: la última tecnología, vinos caros, moda de temporada, coches eléctricos, y ahora, en una guerra por nuestra atención, determinando qué información consumimos.

La pregunta entonces se plantea: ¿Para qué queremos nuestro tiempo? Este cuestionamiento, nos invita a reflexionar sobre nuestros fines últimos en la vida. ¿Tenemos que tener un fin definido? O quizás, deberíamos enfocarnos más en disfrutar aquello que nos gusta, aquello que queremos hacer más.

Claves para una Mejor Gestión del Tiempo:
1️⃣ Conocer el Propósito: El primer paso para un manejo eficaz del tiempo es saber ¿para qué? Sin un propósito, somos susceptibles de perder tiempo en distracciones sin sentido.
2️⃣ Proteger Nuestro Foco: Nuestro enfoque es una mercancía valiosa; no debemos desperdiciarla en mercados que devalúan nuestra atención. Establecer límites en el uso de redes sociales y pantallas es crucial.
3️⃣ Técnicas Prácticas: Implementar hábitos como evitar las pantallas al inicio y final del día, reducir su uso los fines de semana, y practicar la técnica Pomodoro para gestionar mejor nuestro tiempo.
4️⃣ Conciencia y Contemplación: Momentos de meditación y conciencia plena nos ayudan a redirigir nuestra atención cuando nos desviamos. Utilizar el aburrimiento como una oportunidad para la contemplación puede fomentar un pensamiento más positivo y creativo.

Al comprender y aplicar estas estrategias, no solo estamos combatiendo el capitalismo desde dentro, sino que también estamos reclamando nuestro tiempo y atención para lo que verdaderamente importa. La gestión del tiempo, lejos de ser una herramienta mercantilista, es un medio para vivir una vida más plena y enfocada.


Autor: Alejandro Lang (Alejandro es profesor de la Diplomatura DIDIE)

1 de octubre de 2024

Optimismo realista e irrealista

En principio es necesario partir de qué entendemos por optimismo.

Optimismo es la esperanza de que lo que suceda es lo que tenemos como expectativa y que también en general sea positivo.

Cuando lo que esperamos no es positivo o satisfactorio solemos decir que estamos frente a sujetos pesimistas.


Esta pequeña introducción es la que normalmente usamos para identificar a las personas por la manera de ver con mayor frecuencia una u otra postura, sé es optimista o sé es pesimista.

Como ejemplo de la vida cotidiana cuando estamos con el tiempo justo para llegar a una función de cine y algún integrante del grupo dice “no vamos a llegar”, le endilgamos el “sos pesimista”. Otro ejemplo es cuando vamos a hacer un reclamo por la compra de un electrodoméstico y antes de ir pensamos en que no nos van a aceptar el mismo. Sobran los ejemplos y son abundantes cuando nos referimos a la expectativa de que vamos a ser mal atendidos en las oficinas de organizaciones que nos prestan servicios.

Podemos decir que este análisis está hecho a partir de las expresiones y comportamientos de los individuos y para algunos autores es una característica hereditaria.

En mi experiencia como consultor y coach podría comentar algunos casos en los que claramente hijos de optimistas son más optimistas que sus progenitores pero otros donde este fenómeno no se verifica. He visto hijos optimistas de padres pesimistas e hijos pesimistas de padres optimistas.

Esta primera definición ilustrada con ejemplos nos permite ahora dejar de lado a los pesimistas y ocuparnos de analizar dos tipos dentro del conjunto de los optimistas.

Estos son los optimistas realistas y los optimistas irrealistas también conocidos como ilusorios.

Hay numerosos estudios estadísticos acerca de ventajas o características de los realistas pero como todas las referidas a los seres humanos no son absolutas, no son blanco o negro. He seleccionado algunas de ellas por conocer personas que las poseen:
  • Son más longevos (estudios de la Universidad de Harvard).
  • Sus actitudes y comportamientos son consistentes con su optimismo realista.
  • Le dedican tiempo al análisis del contexto (Carl Honoré).
  • No niegan la existencia de hechos negativos y dificultades pero piensan y actúan no para eliminarlos sino para ver como los sortean.
  • Entienden los hechos negativos o dificultades como pasajeros y cambiantes para distintas situaciones.
  • Aceptan que los resultados no sólo provienen del contexto externo sino también de ellos mismos.
Vale la pena resaltar este último punto porque si siempre se piensa que nuestras desgracias se deben a causas externas la transformación a pesimistas es inmediata e irreversible.

Tengo varios ejemplos de Gerentes optimistas irrealistas y rondan acerca de prometer o incluso de comprometerse al cumplimiento de proyectos o pedidos en tiempos más cortos que los que hasta ahora pudieron lograr.

Podríamos decir que son personas ineficientes o mentirosas cuando en realidad creen que van a poder cumplir y por eso se comprometen, pero frente al fracaso, al analizar el porqué, advierten que no han hecho un buen análisis de los datos de base.

Los optimistas irrealistas tienen esa característica, se emocionan con nuevas oportunidades o proyectos sin evaluar a fondo los riesgos y desafíos, no tienen en cuenta que muchas veces dependen de la actitud, del comportamiento y del grado de optimismo de sus colaboradores.

Tienen una visión excesivamente positiva y poco realista del contexto.

Podríamos extraer de nuestra memoria algunos ejemplos muy conocidos que han podido sortear enormes dificultades gracias a mantener un equilibrio entre distintas visiones (la parábola del medio vaso lleno y el medio vaso vacío) y a su optimismo realista:
  • Viktor Frankl: prisionero durante mucho tiempo en los campos de concentración. Su actitud y comportamiento mostraron claramente su optimismo realista a pesar de las innumerables situaciones adversas que tuvo que soportar como ser la muerte allí de su familia. Fue el creador de la logoterapia. Autor de “El hombre en busca de sentido”.
  • Hellen Keller: a los diecinueve meses de vida sufrió una grave enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición. Después de graduarse en la escuela secundaria, ingresó en el Radcliffe College, donde recibió una licenciatura, convirtiéndose así en la primera persona sordociega en obtener un título universitario. A lo largo de su vida, redactó múltiples artículos y más de una docena de libros sobre sus experiencias y modos de entender la vida, entre ellos: “La historia de mi vida”, “Luz en mi oscuridad” y "El mundo en el que vivo".
  • Nelson Mandela: prisionero durante 27 años en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó sistemáticamente todas las peticiones de que fuera puesto en libertad. Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999).
Todos creemos ser optimistas, la pregunta a hacernos es cuánto de ese optimismo es realista y cuánto irrealista o ilusorio, recordando que lo ideal es que ambos estén equilibrados.


Libros referenciados:
Honoré, Carl: "La lentitud como método". RBA Bolsillo.
Behar, Howard: "No es por el café". Empresa Activa.
de Bono, Edward: "Seis sombreros para pensar". Granica.
Frankl, Viktor: "El hombre en busca de sentido". Herder.


Autor: Rodolfo Danishewsky (Rodolfo es consultor y coach, profesor de la Diplomatura DBA)

24 de septiembre de 2024

Confiar en la autoorganización

A partir de una frase de Nassim Taleb, recuperada por Pablo Quintela, me vienen a la memoria ciertos conocimientos que permiten que la diversidad cognitiva se conjugue transversalmente para generar un aprendizaje personal perenne. Quiero volver a proponerles que confíen en la autoorganización. 


AUTOORGANIZACIÓN
En las organizaciones, que son un sistema adaptativo de carácter social conformado por seres humanos interactuando dentro de un sistema complejo, la autoorganización ocurre frecuentemente. Esta se produce en la frontera del sistema cuando este se desplaza del equilibrio, y de forma espontánea individuos o partes del sistema crean coordinaciones entre sí o con su exterior en torno a un propósito o visión de futuro.

ATRACTORES
Otro elemento importante para que se produzca la autoorganización es el concepto de atractor. Es interesante explicarlo teniendo en cuenta dos aspectos. Desde el punto de vista de la dinámica de sistemas, es hacia donde tiende un sistema luego de observarlo en movimiento por un tiempo determinado (su kairós propio). En segundo lugar, en las organizaciones, su atractor esencial debería ser el propósito, visión o rumbo. Estas dos observaciones nos permiten "controlar" o "predecir" una posible tendencia en el comportamiento del sistema en el futuro, cambiando esos atractores ahora, en el corto plazo, siempre tenderá a prevalecer la autoorganización.

FRACTALES
La tercera variable que ayuda a la autoorganización es la formación fractal, descubierta por Mandelbrot. Esta geometría incluye la autosimilaridad y define que a todos los niveles de la naturaleza se produce un comportamiento que presenta formas diferentes donde ninguna es igual a otra, pero son similares entre sí. La cultura empresarial tiene forma de fractal, porque está compuesta por comportamientos entre personas que se orientan por un lado con los atractores, definidos más arriba, y por los valores efectivos como elemento aglutinante interno.

Resumiendo y tratando de hacer una analogía entre el comportamiento de la Naturaleza y las Organizaciones, podemos decir que ambas son sistemas con una inestabilidad limitada; esta limitación al comportamiento caótico se mantiene en el tiempo hasta que interviene el ser humano. Además, podemos predecir que, en el corto plazo, sin intervención exógena, el comportamiento de cualquiera de los dos sistemas (naturaleza y organización) será autoorganizado.

En el corto plazo:
NO A LA INTERVENCIÓN, Y SÍ A CONFIAR EN LA AUTOORGANIZACIÓN.

En conclusión, tanto en la naturaleza como en las organizaciones, la autoorganización es un fenómeno inherente que permite la adaptación y el crecimiento hacia ciertos órdenes esenciales. Al reconocer y respetar estos procesos naturales, podemos facilitar un desarrollo más orgánico y sostenible, confiando en la capacidad intrínseca de los sistemas para encontrar su propio equilibrio y propósito.


17 de septiembre de 2024

Vaya directo: el manifiesto

I. LAS RRPP TRADICIONALES ESTÁN MUERTAS.

Durante demasiado tiempo, los fundadores han cedido el control de sus narrativas a los medios y a los intermediarios.

Antes de internet, era por necesidad. La forma de llegar a grandes audiencias era a través de los medios de comunicación, y la forma de conseguir cobertura mediática era a través de publicistas profesionales.

Hoy en día, se puede acceder directamente a la mayor parte del planeta a través de las redes sociales o el correo electrónico. Ya no es necesario recurrir a los tradicionales guardianes de la información y a los intermediarios de la reputación, especialmente porque su propia credibilidad se ha desplomado.

El viejo manual de relaciones públicas de depender de terceros con intereses desalineados está obsoleto.

Pero si bien el mundo ha cambiado, las normas de comunicaciones no. Todavía están encerrados en ámbar los viejos hábitos: priorizar los medios de comunicación sobre las redes sociales, buscar clics en lugar de fomentar comunidades y evitar riesgos reciclando tácticas gastadas.

Las “comunicaciones corporativas” en sí mismas son ahora un oxímoron, ya que un comité sin rostro no puede comunicar nada significativo. Si los comunicados de prensa se leen como si hubieran sido escritos por una docena de mandos intermedios, es porque lo fueron. Su único propósito perceptible parece ser el de evitar molestar a nadie y poner en peligro las perspectivas laborales futuras de esos mandos intermedios.

Las historias resultantes son insulsas y genéricas, con la pasión reducida a una papilla. Las comunicaciones tradicionales son un anacronismo.


II. LA COMUNICACIÓN ES EL TRABAJO DEL FUNDADOR.

Durante una década, nos han dicho que los fundadores de tecnología son villanos de dibujos animados, que las nuevas empresas financiadas con capital de riesgo son estafas y que las nuevas tecnologías nos destruirán a todos.

Tal vez hubo un momento en que los fundadores podían simplemente concentrarse en construir: los medios de comunicación los veían como una curiosidad, no como una amenaza a la jerarquía natural que necesitaba ser puesta en su lugar. Pero si esa época existió alguna vez, ya pasó.

Puede que a usted no le interese "El Relato", pero a él le interesa usted. Y si se retira, está perdiendo su licencia para crear un movimiento y, por tanto, crear una empresa.

Construir un movimiento es difícil, pero debe hacerse, y deben hacerlo sus fundadores. La pasión, la visión y la convicción de un fundador no pueden ser simuladas por otros, y menos aún por los mandos intermedios que disfrutan de los comunicados de prensa y que ya están buscando sus próximos puestos de trabajo.

El mejor portavoz de cualquier empresa no es el que tiene el mejor lustre, el que tiene más tiempo en el cargo o las credenciales “correctas”. Es la persona que posee el conocimiento secreto sobre el que se construye la empresa, la persona que no sólo puede describir la idea sino que, frente a la oposición inevitable, luchar por ella y ganar.

Los fundadores deben tomarse su narrativa tan en serio como se toman los cohetes o los robots. Nunca subcontratarían su producto, y cuando se trata de convencer a otros para que apoyen la misión, la historia es el producto. Subcontratar las comunicaciones es tan malo como subcontratar el código.

Como evangelistas, los fundadores son insustituibles.


III. VAYA DIRECTO O VUELVA A CASA.

Ir directamente a las personas que importan es la forma en que los fundadores retienen el control sobre sus narrativas y preservan la singularidad de sus empresas. A aquellos que son testarudos, poco ortodoxos y desagradables nunca se les debe limar las asperezas por miedo a ofender intereses arraigados.

Pero ir directo no significa hacerlo solo. No significa rechazar ayuda o despreciar a otros que puedan amplificar su mensaje. Y ciertamente no significa simplemente gastar más.

Ser directo significa elaborar y contar tu propia historia, sin depender de intermediarios.

Así como los fundadores pueden tener talentos más naturales en productos, gestión o ingeniería, algunos fundadores tendrán talentos naturales para comunicarse, mientras que a otros les resultará más difícil.

La buena noticia es que ir directo y construir un movimiento, si bien no es fácil, son habilidades que se pueden desarrollar con disciplina y tiempo. La mala noticia es que, a diferencia de lo que ocurre con la ingeniería o la gestión, las fallas en las comunicaciones son inmediatamente públicas y personalmente humillantes. No sorprende que muchos se resistan a asumir esta responsabilidad.

Al mismo tiempo, los fundadores que estén dispuestos a aceptar ese desafío descubrirán que les brinda una enorme ventaja en el reclutamiento, la recaudación de fondos, las ventas y la configuración del entorno de información necesario para que sus empresas prosperen.


IV. ES HORA DE RECONSTRUIR LA ROSTRA.

En el centro de Roma, en su transición de una República a un Imperio, había una plataforma para oradores desde la cual los líderes de la ciudad se dirigían directamente al público.

Se llamaba "Rostra" porque se encontraba encima de los arietes de batalla (o rostrum) capturados de los buques de guerra enemigos. Desde aquí se pronunciaron discursos que influirían en la opinión pública, cambiarían regímenes y alterarían la historia.

Esa estructura física se ha perdido en el tiempo, pero ahora tenemos algo mucho más poderoso: una Internet libre y abierta con la cual construir una plataforma para oradores de escala ilimitada. Todo lo que necesitamos es la voluntad de construirlo.

La forma convencional de comunicarse tiene su atractivo. Subcontrate su mensaje, deje que algún tercero removido realice las formalidades de obtener “impresiones” y ahórrese los riesgos y la incomodidad que conlleva poner su propio nombre en juego.

Pero ese camino es incompatible con la grandeza.

Rechace las convenciones: cree su propia plataforma, cree su propia audiencia y cree su propia narrativa.

Vaya directo.


Autora: Lulu Cheng Meservey
Traducción, adaptación y edición: Mariano Morresi