El debate sobre el carácter de la administración de empresas, el management y la gestión sigue abierto. Partidarios de la definición como ciencia, defensores de la determinación como técnica, adeptos a la catalogación como práctica siguen discutiendo. En este artículo, del cual solo extrajimos una parte (recomendamos leer el resto en el link de abajo) una profesional del conocimiento científico y la administración de empresas plantea su punto de vista. Esperamos reflexiones. Fernando Cerutti
¿...y la Ciencia con mayúscula, dónde está?
(…) vayamos al punto [la administración de empresas] encontrándonos con Mario Bunge quien, al considerar el "status epistemológico" de la administración, señala que la misma es concretamente una "técnica social", a lo cual nos permitimos agregar que, como toda técnica social, está fuertemente influida por la ideología y la visión del mundo, tanto de quien reflexiona o enseña sobre el quehacer administrativo, como también de quien la aplica en una situación y contexto determinados.
Además, como la razón última de la administración no es el pensamiento especulativo, sino su ejercicio a través de la "práctica gerencial", vale recordar lo que señalaba con agudeza Peter Drucker allá lejos y hace tiempo: "la gerencia no es una rama de la teología, sino fundamentalmente una disciplina clínica. Como en la práctica de la medicina, la prueba no consiste en saber si el tratamiento es científico sino, por el contrario, en verificar si el paciente se recupera" y concluye "la gerencia es una práctica, antes que una ciencia o una profesión, aunque contiene elementos de ambas".
Sin duda el pensamiento de Drucker no excluye, muy por el contrario rescata, la importancia en la función gerencial de "el estudio sistemático de los principios, la adquisición de conocimientos organizados y el análisis sistemático de su propio desempeño, (sumado a) la autodisciplina y las elevadas normas éticas de un verdadero profesional".
Todo esto significa que las exigencias del papel profesional en materia de administración son, valga la redundancia, muy exigentes, pero no necesariamente científicas, lo cual no quiere decir que no se sepa reconocer la necesidad y conveniencia de aplicar herramientas metodológicas que puede o no tener fundamento en la ciencia (experimental o especulativa), pero que por sobre todo deben apoyarse en criterio, coherencia, reconocimiento de la situación y responsabilidad moral.
Trabajar con estos supuestos supone una fuerte dosis de realismo, lo cual también implica dar (como dijimos) un lugar para cada cosa y a la vez colocar cada cosa en su lugar. Dejemos entonces lugar a la ciencia para que esté donde debe estar y ocupémonos nosotros de ejercer con propiedad nuestro papel profesional, para lo cual, por encima de la ciencia, hace falta más que nada conciencia. ¿O no?
Dora Rizzuto – Doctor of Business Administration (DBA) Research Associate- Henley Management College UK. MBA - Henley Management College UK. APM Practitioner (UK)– Association for Project Management UK-.
Fuente: Materia Biz
http://www.materiabiz.com/mbz/empresaysociedad/nota.vsp?tok=1184225751700&nid=31542
Además, como la razón última de la administración no es el pensamiento especulativo, sino su ejercicio a través de la "práctica gerencial", vale recordar lo que señalaba con agudeza Peter Drucker allá lejos y hace tiempo: "la gerencia no es una rama de la teología, sino fundamentalmente una disciplina clínica. Como en la práctica de la medicina, la prueba no consiste en saber si el tratamiento es científico sino, por el contrario, en verificar si el paciente se recupera" y concluye "la gerencia es una práctica, antes que una ciencia o una profesión, aunque contiene elementos de ambas".
Sin duda el pensamiento de Drucker no excluye, muy por el contrario rescata, la importancia en la función gerencial de "el estudio sistemático de los principios, la adquisición de conocimientos organizados y el análisis sistemático de su propio desempeño, (sumado a) la autodisciplina y las elevadas normas éticas de un verdadero profesional".
Todo esto significa que las exigencias del papel profesional en materia de administración son, valga la redundancia, muy exigentes, pero no necesariamente científicas, lo cual no quiere decir que no se sepa reconocer la necesidad y conveniencia de aplicar herramientas metodológicas que puede o no tener fundamento en la ciencia (experimental o especulativa), pero que por sobre todo deben apoyarse en criterio, coherencia, reconocimiento de la situación y responsabilidad moral.
Trabajar con estos supuestos supone una fuerte dosis de realismo, lo cual también implica dar (como dijimos) un lugar para cada cosa y a la vez colocar cada cosa en su lugar. Dejemos entonces lugar a la ciencia para que esté donde debe estar y ocupémonos nosotros de ejercer con propiedad nuestro papel profesional, para lo cual, por encima de la ciencia, hace falta más que nada conciencia. ¿O no?
Dora Rizzuto – Doctor of Business Administration (DBA) Research Associate- Henley Management College UK. MBA - Henley Management College UK. APM Practitioner (UK)– Association for Project Management UK-.
Fuente: Materia Biz
http://www.materiabiz.com/mbz/empresaysociedad/nota.vsp?tok=1184225751700&nid=31542
Hace algunos años un medico amigo, hablando de las ciencias medicas, me dijo: "No te equivoques la medicina no es una ciencia a pesar que se la llama ciencias medicas, sino un arte, el arte de curar".
ResponderEliminarTambien mi abuelo el cual fue medico clinico por muchos años le decia a mi padre: "Las enfermedades no existen, solo existen los enfermos y cada enfermo es único".
Ahora bien trasladando esto a lo que comenta el artículo podemos relacionarlo de la siguiente manera, cada empresa es única, su cultura, la gente, los dueños, el lugar, etc., forman una identidad distinta a cualquier otra. Dado esto, podemos decir que el gerente tambien tiene que tener algo de artista (del arte de curar), para poder crear ambientes de trabajo, prevenir situaciones y ser lo suficientemente versátil para saber que medidas aplicar y cuales no, de todas aquellas que aprende a travez de libros, cursos o experiencias.
En resumen, en mi opinión no hay reglas infalibles, al igual que no hay medicamentos infalibles, pero si puede haber buenos medicos o buenos gerentes que a travez de la observación, la intuición y la aplicación de los conocimientos aprendidos permita no solo superar situaciones, sino tambien mejorar la calidad de vida institucional. O sea ser artistas organizacionales.
Manuel Parma