31 de marzo de 2008

Management Estrategico = Espíritu curioso - Reflexión

Mario Stefani es un ex alumno de nuestro posgrado, pero además es un empresario exitoso de una metalúrgica y que posee una particular forma de ver la realidad que lo rodea.

El observa el mundo desde el lógico razonamiento del Ingeniero y con una mirada muy creativa y diversificada (muy parecida al holandés Maurits Hendricks) producto de su experiencia diaria por la actividad de su empresa.

Nos ha mandado esta nota del diario La Nación y como bien él dice, mucho de lo que este entrenador habla, lo hemos hablado el año pasado en el curso
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Exitos de laboratorio

El holandés Maurits Hendricks convirtió al seleccionado de varones de España en una potencia; aplica para el equipotécnicas de otras disciplinas

En tiempos en los que el deporte español de equipo vive momentos de gloria, medalla dorada a nivel mundial en básquetbol y handball en el mismo ciclo, el holandés Maurits Hendricks quizá sea el N° 1 de los seleccionadores que tiene España. Probablemente, porque de chico admiró a la naranja mecánica de Cruyff, posee el gen del ganador y un liderazgo extraordinario. Hace seis años tomó una interesante generación de jugadores, subidos al lomo de Santi Freixa y Pol Amat, y con la misma fe que aquellos 300 espartanos les tenían a Leónidas en la Batalla de Termópilas, estos muchachos creen que van a dominar el mundo.

A partir de la asunción de Hendricks al cargo del seleccionado masculino de hockey, España pasó del ranking N° 11 a convertirse en una potencia, tras los títulos en el Champions Trophy 2004, el Europeo 2005 y la medalla de bronce en el Mundial 2006. Hoy, es el cuarto equipo del mundo y candidato en los Juegos de Pekín 2008.

Doble medallista de oro con los varones de Holanda en Atlanta 96 y Sydney 2000 -primero como asistente y luego como entrenador-, la mente de Hendricks (47 años, nacido en Amsterdam) maquina ideas y conceptos sin pausa. Como lo demostró en una charla para técnicos en el Cenard, hace unos días.

-Usted está considerado uno de los DT más importantes del hockey mundial. ¿Cómo se define?
-Cuando estoy solo me tomo un tiempo para considerar todas las facetas que hay en el deporte y no paro nunca. Cada vez más, vemos que el secreto está en los detalles, y si uno no tiene la pasión de meterse dentro e investigar, no llegará a mucho. No dejo de indagar, porque siento una obligación para con mis atletas de estar bien preparado. Además, me encanta entender a las personas. Siempre debés darte cuenta que, a fin de cuentas, dirigís a seres humanos, y es importante saber relacionarte.

-¿Cuál es su método?
-Uno de los grandes retos es encontrar soluciones por dónde se pueda. El peligro de trabajar en un deporte olímpico es fijarte demasiado en lo tuyo, en la técnica y la táctica, y no reparar en todo lo que hay más allá. En verdad, uno puede aprender de cualquier cosa.

-¿Por ejemplo?
-El ballet. En la preparación de unos Juegos Olímpicos tenía muchas preguntas sobre estiramientos musculares, en donde entra en juego la relajación y la tensión. Entonces me fui a ver una compañía de danza moderna muy famosa en Holanda, la Nederlands Dans Theater, y observé que los bailarines siempre estiraban en parejas. Esto provocaba que no sólo elongaban músculos, sino que también tenían un contacto táctil con un compañero sin que fuera sexo. Así, me pareció interesante que mis jugadores tuvieran sesión de estiramientos de a dos, aparte de ayudarse en la técnica. Hay posiciones que desde afuera parecerían muy raras, pero no lo son. Son dos hombres procesando una sesión de entrenamientos de manera bestial.

-¿De dónde más extrajo cosas?
-Un día visitamos la fábrica de Ferrari en Maranello, en donde se entrenan los equipos de Fórmula 1. Allí me llamó la atención los entrenamientos en boxes. Es un equipo de doce personas que cuenta con cinco segundos para cambiar las ruedas y llenar el tanque de nafta. Y en ese breve lapso nadie puede dar un paso equivocado, porque se rompe la dinámica del team. Como esos cinco segundos no son nada, hay que entender exactamente cuál es tu tarea, pero, al mismo tiempo, saber qué función cumplen los demás. Esto lo aplicamos luego para la mecánica de los córners cortos, en donde intervienen siete jugadores y deben resolver la jugada en dos segundos.

-Usted vive en Barcelona y es vecino de Frank Rijkaard...
-Sí, justamente el fútbol es otra fuente de estudio porque también se juega 11 contra 11. Cada conjunto tiene un ritmo de juego ideal, que se mide en la cantidad de pases que hace por minuto. Si intenta jugar más rápido o más lento, su estructura puede tambalear. Esto es aplicable al hockey.

-¿Cómo logró convertir a España en una potencia en el hockey?
-Comenzó a partir de una cuestión mental: fue hacerles creer a los jugadores que eran capaces de hacer más. Parecen sólo palabras, pero el objetivo fue que se sintieran aptos para lograr más de lo que ellos imaginaban antes. Este no es un proceso de un par de semanas, sino que demanda mucho tiempo.

-¿Cómo fue su primer contacto con los jugadores españoles?
-Los llevé a la cumbre más alta de los Pirineos, a 2800 metros de altura. Cuando llegué a lo más alto empecé a entonar el himno nacional de Holanda con la mano en el corazón. Claro, fue una situación muy extraña, porque canté en medio de un silencio total. Busqué provocar en ellos una reacción y resultó complicado, porque el himno nacional español no tiene letra. Intenté transmitirles lo que significa jugar para su país y qué es ser un equipo. Y que hay que tener voluntad para querer superar los límites y no sólo quedarte en lo que ya sabés hacer.

-¿Cómo fue el siguiente paso?
-Sentir y vivir la derrota. No existen victorias importantes en la vida sin haber sufrido derrotas importantes. En el deporte, se extrae mucho más de una caída que de un triunfo. Muchas veces, a la gente le cuesta considerar un tropiezo de manera positiva. El gran peligro es meterse en un espiral negativa en lugar de decir: «Bueno, hemos fallado en un par de cosas. ¿Cuáles fueron?». Y que cada uno se detenga a analizarlo.

-La Argentina se quedó fuera de los Juegos Olímpicos. ¿Cuál es la receta para salir del pozo?
-Extraer el aprendizaje de esta frustración y no taparla con una manta. Es sacar provecho del momento doloroso y reconocer qué errores se han cometido. Pero en pos de la recuperación, en el deporte no existen caminos cortos ni milagros. El éxito se prepara y se entrena. Ganar es planificar.
Autor: Gastón Saiz
Fuente: La Nación
Reflexiones:
La primera pregunta nos sorprende con la palabra "Pasión". Imprescindible atributo para todo líder. Me acuerdo cuando cierta vez estuve en el negocio de protección solar, el primer tiempo caminaba mirando hacia arriba para poder ver la marca del producto y luego qué tipo del negocio lo había adquirido. ¡Nos hacemos fanáticos del lo que hacemos!

La segunda reflexión habla de buscar afuera cualquier excusa para transformar un conocimiento de otras disciplinas y aplicarlo a la nuestra. ¡Un emprendedor debe hacer esto permanentemente! En nuestro curso hablamos de la necesaria Diversidad de Conocimiento que la brindan los profesionales de distintas disciplinas.

El tercer pensamiento que menciona es "hacerles creer", esto tiene que ver con la motivación y con la Visión como uno de los disparadores de la voluntad de hacer y de poder hacer. Por eso lo del Himno español, la sensación de pertenecer. Es la adrenalina en pos de lograr un titulo como equipo, y no como un logro personal. Se busca un reconocimiento institucional. De equipo, de comunidad. Haciendo una analogía, para un país este es el concepto de “Nación”. Para reflexionar: ¿Tenemos un mismo concepto de "Nación" compartido por la mayoría de nuestra compatriotas?.

Y por último, el entrenador rescata la necesaria tranquilidad de aprender de la derrotas, aprender de los errores. Sacarse el mote de culpable, los miembro de una Organización no son culpables, son “responsables”, y la responsabilidad trae aprendizaje y convencimiento de trabajar por nuestro equipo, la culpa sólo trae mezquindad.

Mario, ¡Muy buena la nota! Esperamos que se retroalimente.


Fernando Cerutti
Buenos Aires
Argentina

26 de marzo de 2008

Asesinato de la empatía



Ciertas cosas que nos van pasando, que vemos, que olemos, que escuchamos, que sentimos, van generándonos emociones conflictivas y difíciles de canalizar. Hace algún tiempo, leyendo al gran interpretador de la realidad moderna, Zygmunt Bauman, encontré un texto que parecía leer cierto caos en mi interior sobre nuestro estado como sociedad.

El siguiente poema fue escrito por la psicóloga y filósofa inglesa Petruska Clarkson, y se llama "Asesinato de la empatía"

Hay un anciano junto a ti o una jovencita, un niño o un bebé, un perro o un amigo o un lugar
que absorbe la violencia, el vicio, la vileza y hay alguien ahí parado
mirando nada más, pasivamente, pensando para sí, hallando buenas razones para no participar
evitando sentir alguna vez esa empatía, esa empatía humana nuestra, la igualdad del ser y del dolor.


Mariano Morresi

14 de marzo de 2008

Historias: Una semana de trabajo y placer en Esquel

Hace unos días estuve en Esquel trabajando y me encontré con un personaje encantador y refinado. Escribí esta historia para mostrar que en esta vida se pueden hacer cosas, sólo hay que tener ciertas cualidades, y esas las hallé en Luis.
Les pido que traten de reflejarse en Luis y descubran sus propios puntos fuertes para emprender y se darán cuenta de las posibilidades a su alrededor. ¡Si van por Esquel no dejen de pasar por "Angelina", para saludarlo y disfrutar de su hospitalidad!


Mi amigo Luis “Un Hacedor”
Estoy en Esquel, son las seis de la tarde, y me encuentro disfrutando el comienzo de unas tardías vacaciones después de dar una charla para la Federación de Cooperativas del Chubut. Les quiero contar una historia. Estas dos últimas mañanas estuve hablando con el dueño de la hostería donde estoy hospedado. En principio pensé que su amabilidad se correspondía sólo con una buena manera de atender a los clientes, pero después sentí la necesidad de escucharlo, y hoy a la mañana ya tuve muchas ganas de preguntarle.

Pido disculpas por poner mis fotos y no las de Luis, pero no le he pedido autorización para hacerlo. De todas maneras quiero compartir con ustedes esta historia y también estos paisajes de mi país.


Luis fue maestro, es decir, es maestro pero ya no ejerce, y tiene una vida muy interesante que quiero relatarles para que puedan sorprenderse, como me pasó a mí. Es una historia de coraje, optimismo, propósito, humildad, responsabilidad, cooperación y pasión. De sortear cambios no planificados y de verdaderas bifurcaciones que destaparon caminos que nunca imaginó encontrar, en este mundo caótico de los negocios con reglas poco claras, alternativas complejas y poca planificación.
Nació en la Rioja, donde llegaron sus padres buscando tierras donde implantar su herencia del cultivo de la vid y la elaboración del vino, y al no poder hacerlo en Mendoza, acabaron en Chilecito, donde empieza a tejerse esta historia. Después del primario eligió el magisterio: ser maestro en aquellos tiempos era algo diferencial. Se recibió a los pocos años, y en recompensa por su flamante título su padre le regalo una moto. Fue entonces cuando Luis sintió que había obtenido un pasaje a la libertad y no esperó nada para surcar caminos llevando a cuestas su moto y ansias de aventura.


Muy cerquita de Esquel se encuentra Trevelin y en ese lugar prácticamente nacieron las tortas galesas en la Argentina.
Aquí estamos en "Naim Maggie" tomando sus tés tradicionales. Sus tortas tienen una historia que se puede leer en el link. http://www.pescanet.com/lugares_para_pescar/chubut/trevelin/maggie/torta.htm.

Primero puso proa hacia la ciudad de Mendoza, como tiempo atrás lo habían hecho sus padres, luego siguió a San Rafael, General Alvear y como Mendoza le quedo chica saltó a La Pampa. Allí tomó conciencia de su primer punto de inflexión. Había llegado hasta Santa Isabel, un pueblo de menos de 1.500 habitantes. Estaba en medio de la pampa, ese viejo mar donde navega el silencio, y sin un peso en el bolsillo. Si bien no había tenido problemas la inmensidad lo apabullaba, no tenía nada, solo 19 años, una moto y … ahh… ¡un título de Maestro!
Empezó a buscar la escuela, la única, pero cuando la encontró se dio cuenta de que ya tenían maestro. Fue entonces cuando un estanciero del lugar le ofreció hacerse cargo de una escuela rural que nunca había podido abrirse. Un maestro rural es un maestro con mucha diversidad de conocimientos: debe cocinar, lavar, arreglar el baño, hacer de médico, de Mamá y de Papá, lo que se dice un “todo terreno”. Con el paso del tiempo y gracias a su pasión lo ascendieron como director y lo trasladaron a un internado en Esquel.
Su esposa Rita era una resplandeciente y novata maestra de ese colegio del sur y Luis un director cordial y experimentado. Se conocieron y se casaron, construyeron su familia, tuvieron hijos, y armaron una vida dándoles a los niños de esas escuelas y a los propios, amor y conocimiento.
Sus sueldos de maestros se ahorraban completos, como dice Luis: “no es que pagaran mucho, pero no había como gastarlo”. Por lo tanto durante todos esos años se hicieron de algunos ahorros y aprovecharon para comprarse un terreno y una casita en Esquel.
Cuando se jubiló Luis se preparó para “disfrutar” su retiro, ya tenía su casa y quería empezar a gozarla. Cuenta Luis: “El primer tiempo corte el pasto, pero enseguida el pasto estuvo cortado, entonces pensé en cortarlo con una tijera”. Aburrido, comenzó a cavilar qué podía hacer y le ofreció a una panadería sus servicios para la distribución del pan en los colegios rurales, usando una pequeña camioneta con la que contaba. Estaba nuevamente en carrera, le financiaron la primera compra, y salió rumbo a los perdidos colegios de la provincia de Chubut.
Luis sabía que las escuelas hacían el pan, pero también sabía que se puede comer toda la vida pan de panadería sin cansarse, pero pan casero todos los días aburre decididamente, por lo tanto el producto iba a andar muy bien. Empezó con muy pocas escuelas, con un pan bajo el brazo y apetencias de remontarse, pero pronto se le sumaron más y más, que luego le pidieron otros insumos, como aceite, fideos, yerba, etc. A medida que se agregaban productos para llevar, Luis cambiaba de movilidad: de una camioneta a una camioneta con acoplado, de un camión a un camión con refrigeración.
El boca a boca empezó a surtir efecto, y además de las escuelas ahora se sumaban las estancias cercanas, a las cuales comenzó a abastecer. Y fue de este modo como Luis encontró que había desarrollado un negocio: había una necesidad latente, productos y servicios disponibles, y clientes deseosos, sólo faltaba hacer el negocio, hacer que la gente le comprara. ¡Luis lo había hecho!
Un estanciero que albergaba a más de 25 familias en su hacienda a las que les debía dar de comer, y que tenía un corralón de materiales, le preguntó a nuestro personaje si se animaba a abastecer de mercadería su comedor. Luis aceptó y poco después también les entregaba el resto de productos que consumían sus empleados.
Durante 8 meses entregó y cobró todo religiosamente, pero el mes 9 no pudo cobrarle, tampoco el 10, pero Luis es muy responsable y siguió entregando, pero lamentablemente siguieron los retrasos hasta llegar a deberle más de un año. Entonces dejó de levantar pedidos, y tomó conciencia que ya no tenía a su principal cliente y ni tampoco las escuelas. ¿Había llegado la hora de retirarse definitivamente a cortar el pasto de su jardín con una tijerita? Luis no se desanimó, lo pensó, analizó y tomó una decisión.
Como este estanciero era propietario de un corralón, con mucha humildad y teniendo en su cabeza muy claro su propósito, se lo fue a ver. “No se preocupe, -le dijo-, no le vengo a cobrar porque sé que usted no puede pagarme, pero como tiene materiales págueme con ellos, pero a precio de costo”. Así fue como se trajo un cargamento de materiales para hacer 15 baños y algo más.
Primero intentó vender esos materiales en los comercios de la zona, pero el precio era muy bajo. Entonces, con el optimismo de siempre y el arrojo para desafiar los obstáculos, con responsabilidad y visión de servicio, decidió levantar, en aquel terreno comprado en la época en que trabajaba como maestro, una hostería. Ésta rescataría las costumbres de los argentinos: habitación y un buen desayuno, para tirar todo el día.
A partir de ahí fue creciendo y creciendo. Buscó cooperación en sus propios colegas, imprimió tarjetas y recorrió los principales centros turísticos, para hablar con los dueños de hosterías pidiéndoles que cuando pregunten por una buena hostería en Esquel recomienden “Angelina”, prometiendo que haría lo mismo con las de ellos. Hoy ya agregó tres departamentos al fondo con dos y tres habitaciones y se llena de clientes, pero de esos especiales: motociclistas que quieren dar la vuelta al mundo, esquiadores obsesivos por buscar las pistas más difíciles, empresarios que se internan para repensar sus negocios, escritores que persiguen la tranquilidad, poetisas, soñadores.


Angelina y su hermoso salón de los desayunos. En la parte de atrás se observan las sillas y las mesas donde desayunábamos, Al ver la foto todavía recuerdo sus olores y sabores.
Un lugar para descansar y disfrutar.

Tengo una definición de Luis que me dio mi esposa: “Luis es un hacedor de cosas, es servicial, tiene pasión por agradar, y cada conversación es una clase”. Tuvo el coraje para hacerse camino con sus 19 años, siendo un optimista de la vida, siendo humilde al relacionarse con colegas de otras hosterías. Se ha posicionado como un empresario de pensamiento abierto y dinámico, busca asociarse para lograr el mejor servicio, trabaja para entidades de esquí de Europa, para eso tuvo que conocer las pistas de alta competencia del Cerro Bayo y de La Olla de Esquel. Y todo esto para sentirse bien dando un servicio esencialmente distinto y seguir enseñando por la vida.
Hoy estoy escribiendo desde esta hostería, una de las mejores de la región, donde los desayunos son exquisitos y muy famosos. En su salón se mezclan exclusivas tortas galesas, apetitosos jamones, delicatesen saladas, riquísimas mermeladas de frutos autóctonos y un café italiano que es un placer saborearlo. Hoy no hay lugar, y para la próxima temporada alta ya tiene reservado el 80% de la capacidad.
Emprender: se necesita optimismo, mucho coraje, un propósito en la mente, abundante humildad, asumir los desafíos con responsabilidad y pasión, buscar la cooperación de otros, para poder lograr un sueño que haga realidad nuestro futuro. ¡Así es mi amigo Luis!

Fernando Cerutti
Esquel, 23 de febrero de 2008