Humanidades y Empresa.
Abriré un melón incómodo.
En los últimos años fruto del agotamiento de un pensamiento empresarial cada vez más superficial, falso y vacío de significado, las empresas buscan inspiración en las Humanidades.
Lo hacen fatal y podemos mejorarlo.
Lo que básicamente está ocurriendo es que la manera en la que las Humanidades están permeando en las empresas es meramente anecdótica.
Sé de lo que hablo. Conozco muchos casos y aproximaciones, y se que no se traducen en cambios reales. Y como me jode, trato de mejorarlo.
La manera en la que el mundo empresarial vuelve su mirada a las Humanidades y trata de extraer de ellas el fundamento del que el pensamiento empresarial carece, es absolutamente errónea y descentrada.
Trataré de explicarlo...
1) Las empresas acuden a las Humanidades de visita puntual y no con la intención de incorporar la mirada humanista en su lógica y funcionamiento operativo.
Es el postureo máximo llevado a estratos de la metafísica. Personas que hablan de cosas, se van y volvemos a lo de siempre
2) Por desgracia los niveles de lectura de la actualidad son cercanos a nulos entre titulados de Humanidades.
Titulados en psicología, filosofía, sociología, antropología o historia a menudo apenas tienen hábito lector y mucho menos una mentalidad indagativa. Es la diferencia entre un pensador (intelectual, autor con ideas propias) y un publicista (replicador o vendedor de relatos).
Lo que prima es lo último sin ninguna duda. Hay más licenciados en Historia, Filosofía, Antropólogos, que historiadores, filósofos, antropólogos
Digamos que la devaluación sistemática e intencionada de la educación universitaria está causando estragos, por lo que pretender meter las Humanidades en el mundo empresarial a base de contratar a titulados es una quimera absoluta.
3) Las personas que quieren introducir las Humanidades en la empresa tienden a creer que aquellas deben someterse a la absurda lógica de funcionamiento de ésta: efectividad inmediata, paquetización discursiva, dinámica publicitaria, obsolescencia de consumo. Y así nos va.
En realidad de lo que se trata es de lo contrario:
- Cuestionar el funcionamiento de la empresa sin paralizarla
- Introducir la toma ilustrada de decisiones
- Practicar una cultura argumentativa del aprendizaje
Es decir, largo plazo, desestigmatización del error, pensamiento ordenado para superar la improvisación continua que prima hoy en las empresas, y en definitiva tiempo de calidad para la reflexión dedicada y fundada desde el conocimiento de la conducta y el pensamiento humanos.
Para todo ello hacen falta buenos guías y esto se traduce en presupuestos económicos dedicados a educar y no a formar, a fomentar la reflexión práctica y no la teoría inútil y la doxografía inaplicable.
Lo que nos lleva al siguiente punto.
4) Los titulados en Humanidades suelen tener escasa o nula experiencia empresarial directa, suelen haber sufrido y conocido en sus propias carnes muy poco el funcionamiento real de una empresa.
De modo que acuden a las empresas y son incapaces de cambiar nada. Se mueven en lógicas académicas que están muy alejadas del pragmatismo empresarial, y cuando intentan camuflarse en este último acaban reduciendo el amplio potencial de la visión humanista a colecciones simplistas de herramientas o modelos mentales que el empleado percibe como algo curioso durante unos minutos pero que olvida en su operativa diaria.
Lo que a su vez lleva a convertir a las Humanidades en un ejercicio de pijos, en un lujo al que acceden mandos intermedios o ejecutivos que quieren ir de cultos reuniéndose en convivencias en las que hablan de libros que han leído o conceptos aplicables a su empresa mientras los sueldos continúan estancados, la carrera profesional seguirá siendo inexistente y la lógica mainstream de mercado se impondrá siempre cuando estén sentados en su despacho.
5) Las empresas se acercan a las Humanidades como quien va a comprar pescado a la Galería del barrio.
Quieren cursos, conferencias, charlas, y tontean con algunas sesiones pero pasan como de la mierda de comprometerse de forma continuada con un nuevo enfoque.
De nuevo esto es fruto de una lógica empresarial que es por naturaleza acrítica, inercial y tiende al conservadurismo en el fondo y la mutación de las formas.
No es que los decisores empresariales quieran joder a nadie, es que no saben funcionar (contratar, actuar) de otro modo.
Así que surgen empresas proveedoras de servicios humanistas (lo que coño sea esto que cada cual lo entienda) y se dedican a generar 'experiencias humanistas' y otras gilipolleces similares que son compradas como crecepelo o bálsamos de fierabrás pero que no son más que placebos para una operativa y una dinámica de funcionamiento empresarial que enferma a quienes la lideran, genera tensiones y conflictos por encima de lo humanamente asumible, y promueve una visión polarizada de la producción en la que prima el individualismo y la supervivencia voraz.
6) La empresa ha girado su atención a las Humanidades no solo porque el pensamiento empresarial es vacío (los sistemas de gestión son una de las mejores invenciones de la Humanidad pero la lógica empresarial con que se aplican es lamentable) sino porque en realidad estamos ante un intento de complementar la educación ilustrada que el sistema educativo ha dejado de dar fruto de diferentes movimientos magmáticos en la ideología, la filosofía y la sociedad de nuestra época que han desvestido de autoridad a la educación y otorgado preminencia a la dinámica del actual mercado.
Las empresas tratan de parchear la educación que no traen de serie sus empleados.
Y esto que comento es un melón inmenso del que se habla muy poco y me encuentro a diario.
Y resulta que la riqueza de las Humanidades no se puede reducir a la lógica de contratación esporádica de un departamento de Formación o de RRHH.
La mentalidad y manera de ser que una persona no ha aprendido en toda una vida no la va a aprender en un curso jamás.
De modo que se impostan o simulan procesos de transformación empresarial donde solo hay catálogos de cursos o formaciones puntuales con tal o cual gurú.
Digamos que la estructura y modelos de contratación empresarial no suelen casar con la infraestructura y alcance necesarios para modificar mindset y culturas.
¿Qué hacer ante esta confluencia de barreras?
Me van a permitir que no caiga en el mismo error que denuncio y les de una respuesta fácil
Si quieren saber cómo aprovechar el potencial de una visión ilustrada en su empresa, me dedico a ello familia.
Léanme, o llámenme y hablamos.
Autor: David Criado
Fuente: Twitter de David Criado
Humanizar en las organizaciones implica una mirada más humana, reconociendo el valor de cada persona y creando un espacio de colaboración y confianza. Las personas son el centro y eje de la organización, y sobre ella gira la misma...
ResponderEliminarGracias Douglas. Para esto, un aporte puede ser el que den las ciencias humanísticas, pero trabajadas de un modo más inteligente como nos explica David.
EliminarLas habilidades duras caracterizan a los colaboradores que carecen de las blandas. Humanizar es a veces difícil, cuando se piensa de la siguiente manera… PINTO VIAJAR…y todo lo que se invirtió en capacitación se tira por la borda.
ResponderEliminarSon los nuevos tiempos que debemos jugar.
Tarea difícil si los hay.
Saludos.
Gracias Hugo por sumar un aspecto más, con esa dificultad del lado de los receptores/usuarios. Todo un desafío para el que debemos buscar nuevas respuestas.
EliminarLa integración de las Humanidades en el ámbito empresarial que plantea David Criado revela una serie de desafíos y oportunidades que merecen un análisis profundo.
ResponderEliminarEn primer lugar, es evidente que las empresas están buscando respuestas en las Humanidades debido a la superficialidad de un pensamiento empresarial que parece haber perdido su rumbo. Sin embargo, la manera en que se está intentando llevar a cabo esta integración es, como bien señala Criado, más anecdótica que transformadora. Las empresas tienden a adoptar un enfoque superficial, buscando soluciones rápidas y efectivas que no abordan las raíces de los problemas culturales y estructurales que enfrentan.
Uno de los puntos más críticos es la falta de un compromiso real por parte de las empresas. Al acercarse a las Humanidades como si fueran un recurso más, se corre el riesgo de convertir este enfoque en una moda pasajera. La superficialidad del contacto con las Humanidades se traduce en una falta de comprensión de su verdadero potencial. Esto resalta la necesidad de una reflexión profunda y continua, en lugar de una serie de talleres puntuales que no generan un cambio duradero.
Además, la observación de que muchos titulados en Humanidades carecen de una experiencia empresarial sólida es esencial. Esto plantea un dilema: ¿cómo pueden los humanistas contribuir a la transformación empresarial si no comprenden completamente el entorno en el que intentan operar? La desconexión entre el mundo académico y el empresarial puede llevar a una simplificación de las ideas humanistas, que se reducen a herramientas superficiales, en lugar de ser vistas como una guía para cuestionar y redefinir la lógica operativa de la empresa.
Por otro lado, es crucial reconocer el papel de la educación en esta problemática. La devaluación de las Humanidades en el sistema educativo ha llevado a una falta de preparación en los graduados, quienes a menudo no poseen las habilidades críticas necesarias para desafiar el status quo en sus lugares de trabajo. Esta situación se ve agravada por un enfoque empresarial que prioriza la efectividad inmediata sobre el aprendizaje profundo y la reflexión, lo que limita la capacidad de las empresas para aprovechar verdaderamente el potencial de las Humanidades.
Finalmente, la propuesta de Criado de fomentar una cultura de reflexión y aprendizaje continuo en las empresas es fundamental. Esto no solo implica la inclusión de las Humanidades, sino también una reevaluación de cómo se llevan a cabo los procesos de toma de decisiones. Las empresas deben estar dispuestas a invertir en el desarrollo de una mentalidad crítica y humanista, lo que requiere un cambio en la forma en que se conciben la formación y la educación dentro del entorno empresarial.
En síntesis , la integración de las Humanidades en la empresa presenta un desafío significativo, pero también una oportunidad de transformación. Para que esta integración sea efectiva, es necesario un compromiso real y una voluntad de cuestionar las prácticas empresariales actuales. Solo así se podrá aprovechar el verdadero potencial de las Humanidades para enriquecer el pensamiento y la práctica empresarial.
Gracias Gladys por tu dedicado comentario. Constituye un artículo en sí mismo, con mucho para aprender y disparar reflexiones en los que aquí están leyendo. Me quedo con la frase "más anecdótica que transformadora" porque marca un patrón que se repite en muchas partes y supuestas revoluciones de las organizaciones.
EliminarEsta buena la mirada crítica respecto a las humanidades en las organizaciones... sin embargo considero posible cuando se tiñe de humanidad y habilidades blandas la cultura organizacional.
ResponderEliminarDe este modo, cada colaborar que se incorpora, necesariamente debe fluir con esa cultura o no se sentirá parte.
En estos tiempos, poder conectar con las personas te distingue y marca la diferencia en servicio y disfrute en el trabajo.
EliminarGracias Celia por el aporte. Ese es el foco a buscar y en el cómo nos encontramos en dificultades, al traer otras disciplinas que se ponen de moda. Impulsamos la diversidad y la inserción de Humanidades, nos falta dilucidar bien cómo lograrlo fluidamente, como decís.
EliminarCoincido con la mirada de Criado en cuanto a como se viene degradando en las empresas lo inherente a las personas. Desde profesiones de disciplinas disimiles a expertos sin experiencia que traen soluciones mágicas que son inaplicables. A esto se suma que las educación básica ha cambiado para mal. Otro aspecto es la intrusión de herramientas como ChatGPT y demás que ofrecen ayudas que facilitan tareas aunque se las esta utilizando en aspectos más relevantes como estrategia y solución de problemas.
ResponderEliminarIncursionar en una cultura de reflexión y aprendizaje en entornos tan cambiantes y dinámicos como los actuales y un escenario de obtención de resultados (positivos) para ayer y con presupuestos cada vez más acotados, es muy complejo de lograr. La mega disponibilidad de información existente y el poco tiempo que se tiene para analizarla y procesarla con el fin de tomar decisiones hoy mismo, excede la capacidad que tenemos las personas, algo que ya predijo Herbert Alexander Simon en 1978. En fin, pienso que es clave poner el foco en las personas y enfocar la fuerza en ese sentido ya que desde ahí surgen los resultados que se esperan.
Gracias Marcelo por comentar. Me gustó como le diste contexto y al mismo tiempo señalaste que viene de hace tiempo, aún con las novedades. Primero viene ese foco que decís, pero luego tenemos qué revisar cómo incursionamos, de qué elementos nos valemos y cómo integramos (personas+herramientas)
EliminarEstas cosas pasan cuando tu ex te abandonó por un sociólogo. Recuerden: lo importante de estudiar lógica para no caer en el razonamiento falaz (cada argumento se cae por tipos de falacias informales). Y por último, al mejor estilo de Don David, que no llore tanto, que a los españoles quejones y que van “de buen rollo” yo los conozco, mucha queja pero poca idea.
ResponderEliminarQué pobre comentario
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