La última tapa de la Revista Barcelona pone en el tapete varios círculos viciosos que impregnan a la sociedad argentina y en particular a empresarios y directivos como tema del blog. La rutina es como el mito del eterno retorno, que una y otra vez nos va golpeando, deseando que vuelva cuando no está y criticándola cuando se instala mucho tiempo. La rutina es un símbolo de la zona de confort, donde nos relajamos mientras creemos haber llegado a cierto estado final, aún cuando sabemos que el resto del mundo sigue cambiando.
Que exista rutina parece ser la representación del orden, de la organización donde todos saben qué tienen que hacer y lo hacen, donde está claro a quién comunicar cada cosa, cómo debe circular la información, qué castigos y recompensas existen por ser cumplidor, qué viene después de qué, quién empieza, quién sigue y quién termina, qué mirar para saber cómo estamos, dónde están las FODA, etc. Es lo que algunos llaman "empresa en orden", "empresa en serio" o "empresa controlada", como visión paradisíaca.
Pero el orden no es orden, es un comportamiento predecible y estereotipado, una ilusión de control. Porque la organización ordenada es la que no se adapta, la que no responde al cambio, la que se limita a cumplir con lo formal, la que repite una y otra vez pautas de causa y efecto aprendidas en contextos antiguos. La empresa en serio es complaciente e indiferente, cree que nadie puede meterse en su planeta y que la responsabilidad del directivo es sólo administrativa. La empresa controlada sólo puede ser posible desde una perspectiva operativa, donde todos los problemas se definen como operativos y así también son sus soluciones, y por este motivo ni los clientes, ni los competidores, ni los proveedores, ni los complementadores, ni el gobierno, ni el resto de los jugadores de la economía afectan al desarrollo empresarial.
¿Cuál es la parte positiva de la rutina? ¿Que nos sentimos seguros, confiados, tranquilos? ¿Que sabemos lo qué que hacer, cuándo, dónde y cómo? ¿Que podemos sintonizar más fácil con los demás y que los conflictos son mínimos y conocidos? ¿Que no es necesario ni deseable cambiar? Si responde que sí a estas preguntas y cree que por allí va el ideal empresarial lo que sigue no es para usted.
Las organizaciones prosperan en el caos, en el conflicto como disparador de cambios, en la excepcionalidad como fuente de reconocimiento de la persona, en los espacios de posibilidades y no de políticas, en la apertura hacia el exterior, en el desequilibrio (limitado), en la concepción temporal de los logros y ventajas, en la capacidad de perder el miedo, en la absorción de lo diferente, en la adaptación mutua con el contexto, en la incertidumbre como motor creativo, en el desconocimiento del futuro como algo natural, en el cambio como parte de su genoma, en el impulso por la imaginable y deseable, en las paradojas como explicación del ser social, en el olvido selectivo, en lo líquido como pauta de comportamiento, en lo vincular como germen de un proyecto con potencialidad, en la dualidad de lo simple y lo complejo, en la supremacía de la red sobre la jerarquía, en lo humanización de una estructura compuesta por humanos...
Evidentemente los preconceptos que manejamos, en forma de modelos mentales, paradigmas, competencias y experiencias, afectan nuestra forma de entender las empresas, responsabilizarnos, decidir, actuar y aprender. Y esos preconceptos están severamente influidos por culturas nacionales. Quizás sea un buen momento para cuestionarnos si es positivo que vuelva o que siga la rutina, si es que realmente creemos que se pueden hacer cosas diferentes con nuestras organizaciones, nuestras áreas de responsabilidad y nuestras vidas. Quizás podamos aprender algo de la rutina...
Que exista rutina parece ser la representación del orden, de la organización donde todos saben qué tienen que hacer y lo hacen, donde está claro a quién comunicar cada cosa, cómo debe circular la información, qué castigos y recompensas existen por ser cumplidor, qué viene después de qué, quién empieza, quién sigue y quién termina, qué mirar para saber cómo estamos, dónde están las FODA, etc. Es lo que algunos llaman "empresa en orden", "empresa en serio" o "empresa controlada", como visión paradisíaca.
Pero el orden no es orden, es un comportamiento predecible y estereotipado, una ilusión de control. Porque la organización ordenada es la que no se adapta, la que no responde al cambio, la que se limita a cumplir con lo formal, la que repite una y otra vez pautas de causa y efecto aprendidas en contextos antiguos. La empresa en serio es complaciente e indiferente, cree que nadie puede meterse en su planeta y que la responsabilidad del directivo es sólo administrativa. La empresa controlada sólo puede ser posible desde una perspectiva operativa, donde todos los problemas se definen como operativos y así también son sus soluciones, y por este motivo ni los clientes, ni los competidores, ni los proveedores, ni los complementadores, ni el gobierno, ni el resto de los jugadores de la economía afectan al desarrollo empresarial.
¿Cuál es la parte positiva de la rutina? ¿Que nos sentimos seguros, confiados, tranquilos? ¿Que sabemos lo qué que hacer, cuándo, dónde y cómo? ¿Que podemos sintonizar más fácil con los demás y que los conflictos son mínimos y conocidos? ¿Que no es necesario ni deseable cambiar? Si responde que sí a estas preguntas y cree que por allí va el ideal empresarial lo que sigue no es para usted.
Las organizaciones prosperan en el caos, en el conflicto como disparador de cambios, en la excepcionalidad como fuente de reconocimiento de la persona, en los espacios de posibilidades y no de políticas, en la apertura hacia el exterior, en el desequilibrio (limitado), en la concepción temporal de los logros y ventajas, en la capacidad de perder el miedo, en la absorción de lo diferente, en la adaptación mutua con el contexto, en la incertidumbre como motor creativo, en el desconocimiento del futuro como algo natural, en el cambio como parte de su genoma, en el impulso por la imaginable y deseable, en las paradojas como explicación del ser social, en el olvido selectivo, en lo líquido como pauta de comportamiento, en lo vincular como germen de un proyecto con potencialidad, en la dualidad de lo simple y lo complejo, en la supremacía de la red sobre la jerarquía, en lo humanización de una estructura compuesta por humanos...
Evidentemente los preconceptos que manejamos, en forma de modelos mentales, paradigmas, competencias y experiencias, afectan nuestra forma de entender las empresas, responsabilizarnos, decidir, actuar y aprender. Y esos preconceptos están severamente influidos por culturas nacionales. Quizás sea un buen momento para cuestionarnos si es positivo que vuelva o que siga la rutina, si es que realmente creemos que se pueden hacer cosas diferentes con nuestras organizaciones, nuestras áreas de responsabilidad y nuestras vidas. Quizás podamos aprender algo de la rutina...
Mariano Morresi
La rutina es el ordenador y agenda de los mediocres y temerosos perdedores de la vida. Para mí es negativa, ya que me considero un espíritu inquieto, creativo y emprendedor. En el país estamos en un momento esperando "que pase algo", esperando que pase "tal acontecimiento" (conflicto con el campo, elecciones, crisis internacional, etc.) y lo peor, anclando nuestras decisiones a esas excusas, que en rigor de verdad nada cambiaran. Cuando entendamos que cada integrante de la sociedad tiene el "poder real" de accionar cambios en su vida, por y para esta; Es ahí y con el tiempo comenzarán los cambios culturales y de paradigmas, que hacen crecer y cambiar a las sociedades. Un abrazo. Fernando Gutierrez.
ResponderEliminarFernando,
ResponderEliminarGracias por la sangre puesta en el comentario. El cambio cultural y de paradigmas lo hacemos nosotros, empezando como vos decís pensando distinto, no esperando, no excusándose, no quedándose quieto, creando y actuando.
Saludos,
Mariano
Entiendo a la rutina con un significado bipolar. Si...bipolar...!!!
ResponderEliminarEl diccionario dice así: “Costumbre antigua, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas.”
Ahora bien, tambien me parece que "la razon" es bastante jodida, ya que nos obliga a repensar, a romper paradigmas, a redescubrirnos.
No hay mucho secreto porque si uno quiere puede cambiar la rutina, pero todo vuelve a convertirse en rutina... Imagínemos que empezamos a estudiar canto para romper con la rutina pero al cabo de un tiempo el canto se hace rutinario. Dejamos el canto y nos anotamos en una escuela de natación pero al rato esto también se hace rutinario. Y así todo...
Hay que saber diferenciar entre una rutina que nos da placer y una que no y ahí esta el gran problema.
Entonces, entiendo a una rutina como algo que aburre, cansa y molesta, y a “otra” rutina como algo que agrada, divierte y hace bien. Esto último es "un buen hábito".
Un abrazo.
Fabian Roquisqui
Sin animo de polemizar, creo que no siempre es bueno "ponerle sangre" a todas las cosas que uno hace o piensa. En ocasiones, tambien es bueno tomarse unos minutos para reflexionar, intentar cambiar el prisma con el que uno mira las cosas, y comprende que hay personas que piensan y sienten las cosas distintas a uno. Tambien este es un paradigma que deberiamos cambiar.
ResponderEliminarEs tan paradigmatico el que se aferra a la rutina, como el que cree que la rutina es solo un habito insano. Suponer que una persona rutinaria es un mediocre, temeroso y perdedor, a mi entender es una clara manifestacion paradigmatica. El exito de las empresas o emprendimientos, esta dado por la suma de distintas voluntades, donde necesitamos a los que quieren cambiar, pero tambien a los que prefieren la rutina. Intentar encontrar el equilibrio, como en tantas otras cosas de la vida, aqui tambien es una practica saludable.
Basta buscar las definiciones de rutina, mediocre y perdedor en el diccionario, para entender que no son sinonimos.
Mediocre es algo de mala calidad, y yo he conocido personas rutinarias, que lejos estan de ser de mala calidad. Perdedor es alguien que ha perdido, y he conocido perdedores rutinarios y tambien perdedores adeptos al cambio constante.
La tolerancia y flexibilidad, como la rutina y el cambio, son ingredientes que siempre deberiamos incluir en la receta de nuestra vida y trabajo.
Saludos,
La rutina nos acerca paulatinamente al hastio, a la pereza, a perder la motivación, las neuronas dejan de funcionar, el físico se deteriora. Somos como los musculos que si no se usan se atrofian o como la pala que si no se usa se oxida.
ResponderEliminarUn gran jefe que tuve nos decía: no se preocupen, si la situación no nos trae problemas yo mismo se los voy a crear para que no se adormezcan.Excelente lo publicado. un saludo. Sergio.
Mariano:
ResponderEliminarTu discurso es música para mis oídos, ya que me aburren las rutinas, y solamente me "agrada" de vez en cuando volver a hacer algo "conocido". Me siento más entusiasmado en resolver nuevos problemas y desafíos, más que repetir mes tras mes la misma secuencia de pasos.
De todos modos, como auditor de muchos años, guardo un "prudente escepticismo" y me gustaría meter la mano en las llagas y en el costado antes de creer 100% en el nuevo evangelio del caos.
Es decir: me cuesta pensar que una empresa pueda "prescindir" de ciertas rutinas básicas. Aunque no las glorifico, tampoco las condeno. Entiendo que ciertos procesos rutinarios deberían mantenerse mientras dure su utilidad, pero debe haber mucha flexibilidad para adaptarse a los cambios permanentes que nos ofrece la realidad.
Un abrazo,
Pancho Cervini
Y sí, el trabajo de hormiga y de las masas es necesario y si es rutinario mejor, cabeza gacha y a laburar...zona de confort, etc.
ResponderEliminarEn este mundo abundan las personas incapaces de pensar por sí mismas. En vez de permitir que su creatividad y sabiduría innata dirijan sus vidas, prefieren lo que los demás hacen y piensan. No tienes por qué ser uno más del montón de Gansos. Como ser humano pensante y creativo, estoy convencido que siempre existe la opción de no seguir al rebaño o a los gansos, aunque la sabiduría popular diga lo contrario. Hay cosas que son importantes y otras que no lo son. Algunas cosas parecen importantes porque la sociedad, el sistema de educativo y la publicidad han lavado el cerebro de la gente para que así lo crean. Es mucho más sencillo tratar de concordar con la mayoría en vez de cuestionarse lo que esa mayoría hace. Y con esto termino, es peor, porque cuando un rebaño ocasiona muchos daños, ninguno de sus miembros está dispuesto a asumir la responsabilidad. Yo prefiero ser auténtico y no seguir a ningún rebaño, es más, desde hace unos cuantos años (desde el año 2001/2002) quiero ser lo menos convencional y excentrico posible y estoy convencido que esta es la mejor forma de vivir que he encontrado, por lo menos hasta ahora.
Un abrazo para todos y muy buenos todos los comentarios, se puso bueno el debate. Mariano, Profe, te felicito.
Fabián, Sergio, Walter, Pancho y nuevamente Fernando,
ResponderEliminarLes agradezco por participar de esta discusión tan poco rutinaria.
Buscaba cierta polémica con el tema, pero está claro que la rutina no es un demonio. Entendiéndola fractalmente y plantándonos como seres humanos pensantes, nuestra responsabilidad es evaluar, decidir, accionar y aprender de situaciones donde conviene la rutina y situaciones donde no. Y en esto vamos jugando nuestro modelo mental (creo que es más adecuado hablar de modelo mental que de paradigma en lo referente a la rutina, en todo caso la inclinación a las rutinas está bastante provocada por el paradigma mecanicista)
Valoro la intención de probar, de auto-provocar cambios de rutina, de buscar equilibrios y desequilibrios, de ser paradójicos (bipolares), de buscarse problemas, de no creer en nada 100% pero entender qué valores no negociamos, de ver toda idea o acción como temporal... de ser caótico. Y en este sentido seguramente nos servirá más enfrentar las rutinas que dormirnos en la zona de confort.
Saludos,
Mariano
..con la conciecia del caos vendra el caos de la conciencia..
ResponderEliminar¿y que mas podemos pedir?
Hagamos rizoma.
Un Abrazo.Juan
Juan,
ResponderEliminarGracias por la reflexión circular y por circular la reflexión. Sigamos regando los rizomas!
Saludos,
Mariano
Mariano muy buen articulo, para salir de la rutina... o por lo menos de la mia.
ResponderEliminarLos trabajos que se vuelven rutinarios sin necesidad de pensar segun lei en algunos comentarios de arriba, son los que primeros que se tienden a reemplazar historicamente en las organizaciones, lineas de produccion reemplazadas por robots, software, o procesos depurados, son un ejemplo.
Esto esta asociado a la falta de creatividad y decisión que se necesita para dichas tareas.
Por lo tanto comparto que algunas organizaciones necesiten de un equilibrio entre rutina y actividades que no lo sean, pero la primera no deberia ser ejecutada en lo posible por personas y utilizar a estas como corresponde delegandole responsabilidades y decision en el dia a dia. Una tarea que no necesite decision no necesita de una persona.
Saludos
Manuel
Manuel,
ResponderEliminarGracias por la personal reflexión.
Ojala vayamos hacia allí, a valorar a las personas por su conocimiento, su pensamiento, sus habilidades y no por la repetición mecánica y previsible. Porque esto, que no agrega valor, podría ser hecho mucho más eficientemente por máquinas.
Es difícil pensar en trabajos totalmente desestructurados y creativos, pero está en nuestra responsabilidad profesional crear, ampliar y fomentar esos espacios (si es que está en nuestro proyecto humano) Gran parte de la rutina surge de supuestos no contrastados, por nosotros o por otros que llegaron antes.
Saludos,
Mariano
Mariano, me gusta la nota, y toda la posibilidad de debate que abre.
ResponderEliminarEn general, mi opinion es que rutina es sinonimo de NO cambio, y en consecuencia el NO cambio nos lleva a retrocesos en todo sentido. No mejoro como profesional, no me expongo a nuevos desafios, no crezco como empresa (si no cambio me achico, me corren, me surjen competidores, etc.), es decir, "NO cambio"="Rutina" es retroceso garantizado.
Gracias por la vision.
Ruben
La rutina la entiendo como un seguro, por tiempo limitado, que genera confort, tranquilidad y seguridad a ciertos niveles dentro de una organizacion. creo que aquellos/las que conducen o tienen responzabilidades dentro de las organizaciones, son los encargado de modificar esas rutinas en pos de aumentar el grado de creatividad e innovacion en las empresas. Y si de algunas personas sin responsabilidad formal dentro de las organizaciones viene alguna actitud de cambio, en Buena Hora!!!
ResponderEliminarAbrazos
Mariano Tripodi
@RubenM,
ResponderEliminarGracias por el aporte. Creo que algunas rutinas sirven, especialmente en actividades repetitivas, de baja implicancia y en entornos controlados. Hablando del "no-crecer" justamente desde hace un tiempo se está planteando una nueva filosofía denominada "decrecimiento", que plantea tener menos para ser más, ser distinto en lugar de mejor. ¿Quizas el crecer y el mejorar como pautas naturales forman parte de nuestra rutina mental?
@Mariano,
Gracias por el aporte, en especial la referencia a un "seguro por tiempo limitado". Creo que la responsabilidad es individual y en cada ámbito social. La rutina empieza a quebrarse cuando alguien se pregunta por qué no y hace algo diferente. En ese sentido es buena la referencia de la última campaña de Nike "crea caos, crea espacio"
Saludos a ambos,
Mariano
La frase de Fernando Gutierrez parece dura, pero tiene parte de verdad.La rutina es el ordenador y agenda de los mediocres y temerosos perdedores de la vida.
ResponderEliminarLa rutina significa un orden en las cosas? hay actividades rutinarias, soy bibliotecologa y tareas por ejemplo en la edición de registros sobre una plantilla standar, que en si es rutinaria, pero hay muchas otras tareas donde uno le pone su sello personal. Su creatividad, es muy triste que nos empujen al cambio, seria bueno adelantarnos a él. Una de las herramientas mas potables para adelantarnos al cambio y salir de la rutina es la capacitacion continua, el crecimiento no per se, sino aplicado a la gestion que uno normalmente desempeña diariamente. Es bueno sacudirnos el almidon que muchas veces tenemos, a veces sin darnos cuenta, otras por comodidad, otras por que no nos dan lugar, para darnos lugar tenemos que estar convencidos de lo que queremos lograr es bueno, y con el poder de convencimiento, siempre vamos a abrirnos nuevas puertas al cambio que redundara en la gestion toda, es decir de la empresa en la que nos desempeñamos.
Saludos
Analia Vecchi Pomphile
Management Estrategico
Gerente (Conduccion gerencial
c/coaching y liderazgo)
Directora de Biblioteca
Esc. Sup. Cs. de la Salud
UNICEN
Analía,
ResponderEliminarGracias por el comentario. Está bueno conectar el salir de la rutina con la formación continua aplicada (a uno mismo y su desarrollo, más que a su trabajo)
Saludos,
Mariano
La rutina es un habito, que nos termina llevando a las fallas humanas por la confianza de realizarlo siempre.
ResponderEliminarLas rutinas deben ser modificadas debe haber creatividad, innovasion, proyectos nuevos.
Hay que generar nuevas ideas, que nos lleven al cambio constante,donde generemos nuevas actividades y en particular negocios nuevos.
Sdos. Christian.
Christian,
ResponderEliminarGracias por comentar.
Lo nuevo, a partir de la creatividad, busca desafiar, cuestionar, quebrar rutinas. Pero no toda la rutina es negativa, el problema es "hacer la plancha" sin detenernos a pensar si hay otras formas, otros objetivos, otras posibilidades...
Saludos,
Mariano