El último sábado fue nuestra segunda clase del Curso de Posgrado en Management Estratégico en la ciudad de Buenos Aires. En esta oportunidad tratamos el tema de "Visión sistémica de la empresa", avanzando en los nuevos paradigmas dinámicos y complejos para entender a las organizaciones.
A continuación algunas fotos de la clase. En la siguiente puede verse un momento de concentración por la tarde, mientrás trabajábamos sobre arquetipos sistémicos.
A continuación algunas fotos de la clase. En la siguiente puede verse un momento de concentración por la tarde, mientrás trabajábamos sobre arquetipos sistémicos.
Tuvimos presente a Manuel Parma, quien como Tesina del Diplomado Internacional trató este tema aplicado a la empresa donde trabaja. En la foto está junto a Fernando Cerutti.
En el mismo momento estábamos dictando este módulo en la ciudad de Córdoba, con el profesor Gustavo Vivas.
Para continuar el debate abierto en ambas ciudades e ir completando el círculo del aprendizaje, a continuación hemos posteado un artículo que "fractalmente" salió en la edición del sábado de "Crítica de Argentina". En la siguiente nota un físico argentino reflexiona sobre el Caos. Esperamos sus comentarios y discusiones, la clase online está abierta.
- Mariano Morresi
Para continuar el debate abierto en ambas ciudades e ir completando el círculo del aprendizaje, a continuación hemos posteado un artículo que "fractalmente" salió en la edición del sábado de "Crítica de Argentina". En la siguiente nota un físico argentino reflexiona sobre el Caos. Esperamos sus comentarios y discusiones, la clase online está abierta.
- Mariano Morresi
“El caos tiene su cuota de precisión”
El físico Gabriel Mindlin sostiene que el universo es caótico por su propia condición y que, pese al anhelo del ser humano por usar la tecnología para tener todo bajo control, no somos capaces de creerle al pronóstico del tiempo.
El físico Gabriel Mindlin y el escritor Gabriel García Márquez comparten algo más que el apodo familiar de “Gabo”: los dos escriben libros. Pero mientras el colombiano les da vida al pueblo de Macondo y a la dinastía de los Buendía, este investigador del Conicet y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA) se mete de lleno en una de las áreas más oscuras y pantanosas de las ciencias: el caos.
Sus encuentros y duelos con él están plasmados en "Causas y azares: la historia del caos y los sistemas complejos" (Siglo XXI), excusa y disparador de este diálogo en el que aclara e intriga: “El universo y la naturaleza son inherentemente caóticos. El ser humano, por más que incremente su tecnología y sus métodos de medición, no va a poder predecir todo”.
–Se suele hablar con mucha liviandad del caos: caos en la ciudad, caos en el tránsito, el mundo en caos, ¿no le parece? –Demasiado. Evoca todo lo desorganizado, confuso, oscuro, incoherente. Aunque en realidad es algo matemáticamente preciso. En física se tardó un poco hasta dar con una palabra glamorosa y evocadora como la de “caos” para designar fenómenos donde no se puede predecir a largo plazo pese a que están regidos por leyes causales muy sencillas.
–¿Y por qué la eligieron? –Porque a la comunidad científica le resultó atractiva. Fue como una operación de marketing. Pero la teoría del caos no explica el caos en el tránsito. Muchas veces uno tiene la idea de que por comprender ciertos fenómenos puede hacer extrapolaciones y predicciones. Y no es así en muchos sistemas. Muchas personas no conciben que a partir de reglas muy sencillas se pueden tener comportamientos muy complejos.
–¿Dónde se ve el caos?
–Se aprecia en fenómenos de todos los días, como fenómenos económicos, sociales, demográficos y epidemiológicos. Por ejemplo, la aparición de megacrisis a partir de pequeños cambios en las propiedades de ciertos agentes. El clima es un caso paradigmático. El universo en general está regido por fenómenos no lineales. Se dan a todas las escalas. En cualquier lugar donde pongas la lupa en la ciencia contemporánea hay chances de que encuentres propiedades no lineales. Es una teoría, ahora madura y sólida, que se va filtrando en diversas disciplinas.
–Y es muy antiintuitivo.
–Mucho. De alguna manera, el caos, la no linealidad y los sistemas complejos vienen a complicar un modo de pensar la ciencia que arranca con Newton. La naturaleza es intrínsecamente compleja.
–Y enigmática. –Es cierto. Se sabe que, por un lado, están los fenómenos muy predecibles como los astronómicos. Dicen: va a haber un eclipse tal día, a tal hora, y ocurre. Pero no le creemos al que anuncia el estado del tiempo para este fin de semana.
–La ciencia se enorgullece de su capacidad predictiva.
–Tal cual. Es un mito que se derriba.
–Uno de los ejemplos más conocidos es el del “efecto mariposa”. ¿Es tan así como se dice?
–Es una metáfora nada más: dice que el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar un cataclismo en Nueva York. Es una exageración. Hay un ejemplo más lindo, el del cuento de Bradbury El ruido de un trueno, en el que un viajero del tiempo va al pasado, pisa una mariposa y al volver a su realidad hay pequeños cambios.
–Hay una parodia de Los Simpsons también.
–Si vos tenés un sistema donde tenés que elegir un camino y te obligan a volver a pasar por esas alternativas una y otra vez, lo que vas a tener es futuros totalmente distintos según las variaciones de las condiciones iniciales.
–Por eso elegir es siempre tan difícil. ¿Y cómo se investiga esto?
–Hay trabajo de escritorio, con computadoras y simulaciones numéricas, con matemática formal o experimentalmente. En mi caso, estudio el canto de las aves. Mi hipótesis es que los comportamientos complejos que se dan en las vocalizaciones y la comunicación animal están regidos por sistemas no lineales, con reglas muy simples. No es incompatible tener un pájaro que canta aleatoriamente a partir de una arquitectura neuronal sencilla.
La complejidad en el cerebro no es una necesidad para tener un canto y un comportamiento complejos. Esto se aplica a muchos campos: para explicar algo que es complejo no es necesario partir de un estado también complejo.
El físico Gabriel Mindlin y el escritor Gabriel García Márquez comparten algo más que el apodo familiar de “Gabo”: los dos escriben libros. Pero mientras el colombiano les da vida al pueblo de Macondo y a la dinastía de los Buendía, este investigador del Conicet y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA) se mete de lleno en una de las áreas más oscuras y pantanosas de las ciencias: el caos.
Sus encuentros y duelos con él están plasmados en "Causas y azares: la historia del caos y los sistemas complejos" (Siglo XXI), excusa y disparador de este diálogo en el que aclara e intriga: “El universo y la naturaleza son inherentemente caóticos. El ser humano, por más que incremente su tecnología y sus métodos de medición, no va a poder predecir todo”.
–Se suele hablar con mucha liviandad del caos: caos en la ciudad, caos en el tránsito, el mundo en caos, ¿no le parece? –Demasiado. Evoca todo lo desorganizado, confuso, oscuro, incoherente. Aunque en realidad es algo matemáticamente preciso. En física se tardó un poco hasta dar con una palabra glamorosa y evocadora como la de “caos” para designar fenómenos donde no se puede predecir a largo plazo pese a que están regidos por leyes causales muy sencillas.
–¿Y por qué la eligieron? –Porque a la comunidad científica le resultó atractiva. Fue como una operación de marketing. Pero la teoría del caos no explica el caos en el tránsito. Muchas veces uno tiene la idea de que por comprender ciertos fenómenos puede hacer extrapolaciones y predicciones. Y no es así en muchos sistemas. Muchas personas no conciben que a partir de reglas muy sencillas se pueden tener comportamientos muy complejos.
–¿Dónde se ve el caos?
–Se aprecia en fenómenos de todos los días, como fenómenos económicos, sociales, demográficos y epidemiológicos. Por ejemplo, la aparición de megacrisis a partir de pequeños cambios en las propiedades de ciertos agentes. El clima es un caso paradigmático. El universo en general está regido por fenómenos no lineales. Se dan a todas las escalas. En cualquier lugar donde pongas la lupa en la ciencia contemporánea hay chances de que encuentres propiedades no lineales. Es una teoría, ahora madura y sólida, que se va filtrando en diversas disciplinas.
–Y es muy antiintuitivo.
–Mucho. De alguna manera, el caos, la no linealidad y los sistemas complejos vienen a complicar un modo de pensar la ciencia que arranca con Newton. La naturaleza es intrínsecamente compleja.
–Y enigmática. –Es cierto. Se sabe que, por un lado, están los fenómenos muy predecibles como los astronómicos. Dicen: va a haber un eclipse tal día, a tal hora, y ocurre. Pero no le creemos al que anuncia el estado del tiempo para este fin de semana.
–La ciencia se enorgullece de su capacidad predictiva.
–Tal cual. Es un mito que se derriba.
–Uno de los ejemplos más conocidos es el del “efecto mariposa”. ¿Es tan así como se dice?
–Es una metáfora nada más: dice que el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar un cataclismo en Nueva York. Es una exageración. Hay un ejemplo más lindo, el del cuento de Bradbury El ruido de un trueno, en el que un viajero del tiempo va al pasado, pisa una mariposa y al volver a su realidad hay pequeños cambios.
–Hay una parodia de Los Simpsons también.
–Si vos tenés un sistema donde tenés que elegir un camino y te obligan a volver a pasar por esas alternativas una y otra vez, lo que vas a tener es futuros totalmente distintos según las variaciones de las condiciones iniciales.
–Por eso elegir es siempre tan difícil. ¿Y cómo se investiga esto?
–Hay trabajo de escritorio, con computadoras y simulaciones numéricas, con matemática formal o experimentalmente. En mi caso, estudio el canto de las aves. Mi hipótesis es que los comportamientos complejos que se dan en las vocalizaciones y la comunicación animal están regidos por sistemas no lineales, con reglas muy simples. No es incompatible tener un pájaro que canta aleatoriamente a partir de una arquitectura neuronal sencilla.
La complejidad en el cerebro no es una necesidad para tener un canto y un comportamiento complejos. Esto se aplica a muchos campos: para explicar algo que es complejo no es necesario partir de un estado también complejo.
Fuente: Crítica de Argentina, 22/06/08
http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=6613